Pénjamo, Guanajuato.- Imelda Espinoza de 63 años y de profesión enfermera, tiene más de 30 años como comerciante en Pénjamo; desde muy pequeña veía como su mamá disfrutaba el comercio, el cual le fue heredado.
La penjamense señaló que tiene más de 28 años que se jubiló en el Instituto Mexicano del Seguro Social, donde trabajo una parte de su vida.
Posteriormente, Imelda continúo con el negocio que un día su mamá le dejó y hasta el momento lo ha disfrutado al máximo en compañía de su amada nuera Ericka.
“Con la ayuda de mi nuera Ericka hemos salido adelante, desde que soy su suegra ella me ha apoyado mucho”, dijo.
Para la comerciante, es un gusto poder atender a la gente y ver que los clientes se sienten consentidos por ella.
“Yo agradezco a la gente de Pénjamo, porque es buena gente que apoya y gracias a ellos salimos adelante, llevo años en esto y nunca me ha faltado para comer, gracias a Dios siempre sale el sol para todos”, finalizó.
