El presidente de Guatemala, Jimmy Morales, apeló a la unidad de todos los sectores para sacar adelante al país, marcado por la corrupción y la pobreza, aunque reconoció que “las cosas no cambian de la noche a la mañana”.
“No hay magia, (pero) no nos resignemos más al pesimismo. Una nueva Guatemala es posible y vale la pena”, enfatizó durante su primer discurso como presidente, tras jurar en el cargo para el período 2016-2020.
Morales, uno de los humoristas más queridos por el pueblo guatemalteco, prestó juramento ante el Organismo Legislativo en una sesión solemne, como lo marca la Constitución.
El nuevo presidente también criticó la discriminación y el racismo que durante años ha sufrido el país, pero advirtió que esa situación cambiará “y pronto habrá un mandatario maya, xinca o garífuna”.
Asimismo, destacó el “renacer” que ha vivido el país en la lucha contra la corrupción y pidió seguir luchando para acabar con el dinosaurio que representa ese problema.
Con su mano izquierda sobre la Constitución, Morales juró respetar la ley y ejercer con “amor patriótico” la Presidencia de la República.
El político acudió al Centro Cultural Miguel Ángel Asturias junto a su esposa, Gilda Patricia Marroquín Argueta de Morales, y antes de subir al escenario donde tomó la batuta de mando se fundió en un emocionante abrazo con su madre, que estaba entre el público.