Pénjamo, Guanajuato.- Una de las canciones más famosas de José Alfredo Jiménez es sin duda El Perro Negro, que transcurre en la comunidad de Santa Ana Pacueco de Pénjamo, que cuenta la historia de Gilberto y su fiel compañero el Perro Negro, los cuales a pesar de la fama de la canción, están en el olvido.
Solamente en la comandancia de Santa Ana Pacueco existe una escultura que da cuenta del Perro Negro, pero no cuenta con información alguna que señale el por qué esa escultura es importante para la comunidad.
Pero esto no es todo porque en el Panteón Municipal (que fue cambiado su nombre precisamente por la canción ya que antes se llamaba Panteón San Lino), la tumba de Gilberto no es más que un pedazo de tierra, donde no hay lapida ni cruz que diga algo sobre él, y solamente el cuidador del panteón sabe el lugar exacto.
“Por muchos años lo han tenido abandonado tanto la tumba de Gilberto, como al Perro Negro, porque ninguno tiene una placa que diga algo sobre ellos, sólo esta la canción, pero aquí la gente no viene, porque no saben que los hechos pasaron aquí en Santa Ana Pacueco”, refirió Domingo Murillo cuidador del Panteón Municipal.
Sin historias paranormales que sucedan en el Panteón Municipal, para Domingo Murillo, sería algo bueno darle mayor importancia a los hechos relatados en la canción de José Alfredo, pues con ello se podría tener visitantes, y colocar algunas imágenes o estatuas del Perro Negro y Gilberto, quienes son parte de la historia de Santa Ana Pacueco.