Fraccionamiento de Los Arquitectos invade polígono histórico y afecta a ecosistema

Poder político y económico del gremio burla leyes y acuerda con autoridades

La línea roja delimita el polígono histórico de Marfil, que incluye a las ex haciendas ubicadas al lado del río Guanajuato.
La Línea azul es la zona de asentamientos populares irregulares.
La línea amarilla es la parte autorizada a ampliar la zona de Marfil, aceptada porque no afectaba la imagen del polígono histórico y la ecología del Río Guanajuato.
La línea verde delimita la ampliación de El Cerrito y la afectación al polígono histórico del río Guanajuato.

Guanajuato, Gto.- Marfil es, históricamente, una población adyacente a la cabecera municipal, la ciudad de Guanajuato. Constituye una herencia virreinal de grandes haciendas y templos edificados al costado del río Guanajuato. En el siglo 20, sus límites eran ese río y la vía de ferrocarril. Alrededor de él se encontraban zonas consideradas de reserva ecológica. Ahora están invadidas: una parte por asentamientos irregulares populares erigidos con casas de madera, lámina y cartón, otra urbanizada por adinerados que construyen casas y departamentos.

Primer golpe, los pobres

A finales del siglo XX, centenares de familias de bajos recursos económicos ocuparon de manera irregular la zona de lo que hoy son los asentamientos La Venada, Presas de Guanajuato, El Edén, Las Palomas y otros.

Se asentaron en bajadas de ríos y arroyos procedentes del Cerro del Cubilete y la zona de la Presa de la Soledad. Ante la imposibilidad de impedir invasiones masivas, los gobiernos municipales optaron por convertir a los pobladores de esa zona en clientela electoral.

Se brincaron el cerro e invadieron zona de reserva ecológica y de polígono histórico.

La zona de haciendas de Marfil, sin embargo, poco o poco fue ocupada por nuevas edificaciones que se extendieron hacia el norte, en dirección a la cabecera municipal. En ese contexto surgió un fraccionamiento al que se le conoce popularmente como “de los Arquitectos”, por tratarse de edificaciones construidas en terrenos adquiridos por integrantes de ese gremio.

Originalmente se edificaron construcciones en una elevación que se encuentra a la vera de la carretera Marfil-Guanajuato. En esa zona se encuentra, incluso, la casa que se le asigna al gobernador del estado para que pernocte en la capital.

Segundo golpe, los ricos

Durante la gestión del priista Édgar Castro Cerrillo (2015-2018), la cúspide del cerro ubicado frente a la presa de Los Santos, conocido como El Cerrito, comenzó a tener calles trazadas. La obra afectaba la imagen del polígono histórico por el lado oriente, donde se ubican las ex haciendas de Pánuco y San Gabriel de Barrera.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, no debe haber construcciones ahí porque se afecta la imagen del polígono histórico. Hubo algunas expresiones públicas de inconformidad, pero los fraccionadores finalmente se salieron con la suya.

El llamado Fraccionamiento de los Arquitectos comenzó silenciosa y lentamente a crecer hasta ocupar la cúspide del Cerrito, pero eso no bastó: con el gobierno de Alejandro Navarro Saldaña, a partir de 2018, los fraccionadores comenzaron a bajar las calles por el lado oriente. El paisaje de

cerros que rodeaban a las antiguas haciendas se vio modificado por modernas construcciones que parecen competencia de diseño arquitectónico.

Edificio de Departamentos en fraccionamiento de los Arquitectos, en Marfil.

La ecología

El otro tema pendiente es la afectación ecológica. De la parte alta del Cerrito bajaba agua en tiempos de lluvia. Ahora no sólo hay menos árboles: baja el drenaje de casas habitación.

La autoridad mantiene el silencio.

La administración del priista Édgar Castro Cerrillo autorizó

Sin acceso permitido a extraños y sin manifestación de autorización por parte del gobierno municipal, un particular extiende un camino hacia una construcción en el asentamiento de clase media alta y alta denominado “Fraccionamiento de los Arquitectos”. Este asentamiento se ubica entre el antiguo Marfil y el río Guanajuato y afecta el paisaje natural que caracterizaba a esa zona que, originalmente, era de reserva ecológica.

Desde la salida del segundo túnel de acceso a la ciudad por la vialidad José Chávez Morado, antes del acceso a la Unidad Deportiva Juan José Torres Landa, se percibe la obra: una máquina abre camino cerro abajo. El asentamiento, que ya desde hace décadas ocupa una zona que era considerada parte del paisaje natural adjunto a Marfil, se prolonga aún más.

El contexto

La ciudad de Guanajuato fue declarada en 1988 como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Le reconocen como urbe con una arquitectura histórica inserta en un entorno de cerros: esos cerros poco a poco son urbanizados. La compra de terreno agreste a precios económicos se convierte a los antiguos montes y cerros en lugares de alta plusvalía por la exclusividad debido a su privacidad y difícil acceso.

Poco a poco, zonas como la ubicada entre el fraccionamiento Cúpulas y el Cerro de la Bufa se han ido urbanizando; lo mismo se pretende con las inmediaciones de la carretera Panorámica y la Presa de la Olla.

Recientemente y tras la publicación de un reportaje en Notus, el municipio suspendió la construcción de un edificio de al menos tres niveles, ubicado junto al acceso Diego Rivera, en dirección también a La Bufa.

La obra señalada en Marfil, es divisada desde el acceso Chávez Morado y la entrada a la sede Marfil de la Universidad de Guanajuato. Al acercarse a la zona para entrevistar a personal, no fue posible hacerlo porque se trata de una finca con acceso controlado.

Guanajuato, sede de ciudades patrimonio cultural

El 19 de julio, la ciudad de Guanajuato albergará la segunda asamblea 2024 de la Asociación Nacional de Ciudades Mexicanas del Patrimonio Mundial, creada en 1996 para promover políticas de preservación y protección de sitios y monumentos.

Se reúnen los equipos de promoción turística, difusión cultural y protección patrimonial de Campeche, Ciudad de México, Guanajuato, Morelia, Puebla, Oaxaca, Querétaro, San Miguel de Allende, Tlacotalpan, Xochimilco, Zacatecas, San Luis Potosí, San Juan del Río y Durango.

La ciudad de Guanajuato ingresó a la lista del Patrimonio Mundial el 9 de diciembre de 1988, por la belleza arquitectónica que refleja la bonanza minera del siglo XVIII. La distinción abarca minas y cerros adyacentes.

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