Columnas

Entre papeles te veas. El estrés laboral del magisterio.

adrianadonlucas

En estos días es menester ver a la mayoría de los docentes en un ir y venir de documentación la cual deben de llenar como requisito burocrático administrativo, ya sea para su mejora salarial o para el goce de receso vacacional, por lo que, resulta muy común verlos cargados de papeles, proyectos y mucho estrés.  Pero qué tiene de novedad ver a un profesional cuya labor implica la situación descrita anteriormente, ninguna,  salvo el tiempo en que esto se da, me explico:

A últimas fechas el discurso de la ampliación de los días efectivos de clase abandera medidas político educativas como la del calendario escolar para el próximo ciclo lectivo, programas como escuela siempre abierta, así como, un sinfín de buenas intenciones en pro de la niñez mexicana, pero ese discurso queda sin efecto cuando es el propio sistema quienes exigen a estas fechas – en las que aún quedan tres semanas efectivas de clase- subir a plataforma evaluaciones finales, estadística, inventarios, informes de labores, cortes de caja y todo aquello que da cuenta del cómo termina el ciclo escolar.

Si bien, pudiera entenderse su accionar como medida precautoria de cumplimiento, esto no se manifiesta en la realidad en la que los certificados para el cambio de nivel son entregados a destiempo, las bases de datos no contemplan las actualizaciones realizadas por los centros escolares por decir las que causan mayor malestar docente, porque debemos de reconocer que sobre este accionar se comienzan también a justificar una serie de descuidos de índole pedagógico como los que escuchamos en estos días: ¿para qué planear si ya evalué? Mejor guardo los libros y el material porque ya están inventariados, se pueden perder; me siento estresado porque ya no encuentro salida entre tantos proyectos e informes, por mencionar los más recurrentes.

Si a lo anterior se le aúna que en ese ir y venir de papeles está en puerta el examen de carrera magisterial, los procesos de cambio de zona a zona, los preparativos para las ceremonias de clausura del ciclo escolar, los exámenes de ingreso al sistema para los que aún no son de base, el estrés de fin de año comienza a convertirse ya, en un papel cuyo requisito es sopesarlo de la mejor manera posible.

ADRIANA LORENA DONLUCAS SALDIVAR
Maestra en Docencia y Procesos Institucionales por la Universidad Autónoma de Zacatecas
Twitter: @adydonlucas
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Un Comentario

  1. En una ocasión mientras Felipe Calderón visitaba la India, ante su sorpresa por el desarrollo de aquella nación, cuestionó cuál era la fórmula mágica, a lo que le respondieron: “no hay fórmula mágica, sólo invierta en tecnología y educación”; lamentablemente FECAL no lo entendió y seguimos con modelos educativos que demeritan la función docente, modelos que preparan al alumno para una tecnocratización, sumisión y pereza mental. En hora buena por el texto de la maestra Adriana Donlucas, que representa una pequeña luz en la gran obscuridad que nos han sumido nuestros presidentes, y que a pesar de nunca haber leído como mínimo tres libros se consideran capaces de guiar el rumbo de millones de ciudadanos que prefieren a “los guapos”, como si la nación se guiara al igual que un relity show de televisa, en el cual “la gaviota” se ha vuelto la versión real de cenicienta.

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