Irapuato, Guanajuato. – En un encuentro marcado por la intensidad y la polémica, la Trinca y los Aguacateros de Periban protagonizaron un duelo que culminó en un empate 1-1.
A los 13 minutos, Juan Pablo Rangel abrió el marcador para la Trinca con un potente derechazo que venció al experimentado ex portero del Irapuato Jaime Patiño. Este gol llegó tras un dominio notable del equipo local, que mantuvo la presión sobre los visitantes, pero no logró ampliar la ventaja antes del descanso, dejando el marcador en 1-0 al medio tiempo.
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Sin embargo, el segundo tiempo trajo consigo sorpresas y tensiones. En el último minuto del tiempo reglamentario, un polémico penal fue señalado a favor de los Aguacateros, quien capitalizó la oportunidad para igualar el marcador, generando una atmósfera de nerviosismo en las gradas.
La situación se tornó más complicada cuando, tras el gol del empate, algunos jugadores visitantes comenzaron a incitar a la afición, lo que desató una reacción violenta en las tribunas. Los aficionados de la Trinca, molestos por la celebración de los jugadores rivales, respondieron lanzando cervezas al campo, una escena que ensombreció el desenlace del partido, en los minutos finales.
Al final, el empate 1-1 dejó un sabor amargo para la Trinca, que había dominado gran parte del encuentro. La frustración y el descontento de los aficionados se hicieron evidentes, dejando claro que, para ellos, un empate en casa se siente más como una derrota.
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