Por | Rey David Bárcenas Medellín
Opinión.- Una de las grandes ilusiones que tengo en la vida, es que algún día me inviten a participar en uno de esos comités que se encargan de inventar los festejos con que se pretenda recordar o conmemorar algún natalicio o defunción de los personajes históricos más sobresalientes, algún prócer o algún héroe.
Me imagino que le mandarán a uno una carta por medio de un cartero o un correo electrónico que deje en duda como consiguieron esa dirección, y que diga que unos días después hay que presentarse en la oficina de algún alto funcionario, cabe señalar que no habría que hacer fila ni antesala de ningún tipo, y me reuniría con este y el resto del comité.
Supongo que este alto funcionario nos daría un discurso de motivación y de trabajo en equipo, para después decir algo como:
-Aquí tienen a su prócer. La celebración no debe de costar más de X millones ( lo cual seguramente derrumbaría la mitad de mis ideas, junto con las del resto del comité). El señor presidente está muy interesado en resaltar la honradez y los excelentes valores morales de nuestro personaje y que coinciden con la idea y el eje central del la actual administración. No quiero danzantes en la capital y espero un proyecto dentro de quince días.
Los que formamos parte de este comité, supongo, que saldríamos de ahí bastante desorientados. La mayoría, apenas se conoce, incluso algunos se detestan entre sí, algunos conocen la historia del festejado de manera perfecta y de memoria, otros, conocen algunos pasajes por medio los relatos orales que les hicieron durante sus gloriosos años de estudiantes, otros, los más, solo conocen el nombre.
Pero por muy diferentes que sean los miembros de este comité, hay algo en común en todos, que son las ganas de quedar bien con el alto funcionario y la esperanza de presentarse en el plazo convenido con un proyecto espectacular que supere las expectativas y no el presupuesto. Por esta razón, saliendo de la reunión, la mayoría irá directamente a filosofar y a poner a trabajar la mente para exprimirle aquello que nadie más, según cada uno, es capaz de generar ni creativa ni intelectualmente. Y en las horas siguientes cada uno pondrá a consideración de los demás las más brillantes producciones de sus reflexiones.
Si yo fuera parte de este comité, lo primero que haría sería buscar aquellos símbolos que hagan a las personas identificar con facilidad a nuestro festejado, una frase épica es un buen ejemplo, si al celebrado le toco perder gloriosamente una batalla decisiva para nuestra historia, le pondría una frase como “Nos derrumbaron, pero no nos vencieron” o “El sol sale para todos por igual” o bien, una frase que nos haga ver que nuestro personaje no fue, ni de cerca, responsable de la batalla perdida, echándole la culpa a algún irresponsable o despistado más, “Si la caballería no estuviera perdida en la loma, ustedes correrían de aquí ahora”, claro que lo haría con mucho cuidado, porque esta frase aparecerá con letras de oro en todos los monumentos erigidos en esta celebración.
Si el festejado fue marido o padre modelo o fue mujeriego, alcohólico o violento, son cuestiones que no nos importan. Con una frase célebre es más que suficiente, demasiados detalles y particularidades generarían confusión.
Lo mismo sucede con el aspecto físico, eliminemos rasgos innecesarios, siempre estará con la misma ropa, al fin, no tiene porque cambiarse. La calva de Hidalgo, la levita de Juárez o los lentes de Zaragoza son más importantes para la supervivencia de estos personajes que su aspecto físico.
Si nuestro prócer nació en Sacapango de los Tejocotes, bueno, quitamos los tejocotes y le ponemos el apellido de nuestro héroe, así de fácil es crear un personaje histórico, y la gente lo conocerá en la medida que el comité contratado por el alto funcionario, que obedece a las órdenes y deseos del presidente en turno, deseen, sin interesar si es realmente importante o heroico lo que hizo.
Por eso amable lector es importante conocer realmente quienes fueron los personajes que nos formaron como país, con curiosidad y perseverancia se podrán encontrar ciertas mentiras y contradicciones que forman parte de ese imaginario colectivo que nos encontramos cada día en bonitas estatuas o grandes arcos conmemorativos.
Buena reflexion. Ojala pudieras mostrar algunos ejemplos mas claroa de esas contradictorias o contraducciones de los personajes históricos