“La analogía entre atletismo
y el estudio de las matemáticas
encierra gran valor humanista”.
Abel Pérez Rojas
Opinión.- A través de la analogía podemos establecer relaciones de semejanza entre cosas que son distintas, pero que gracias a sus componentes simbólicos nos permiten avanzar desde lo conocido hacia lo desconocido; no necesariamente lo desconocido encierra elementos que nos son totalmente ajenos, es más, frecuentemente son tan comunes que al hacerse visibles nos preguntamos cómo fue posible que no los tuvimos presentes.
Relativamente reciente, en torno al vínculo analógico entre atletismo y matemáticas se ha desarrollado un mundo interesante sobre el cual vale la pena detenerse a reflexionar sobre diversos aspectos.
De acuerdo con el Diccionario de la lengua española, la matemática es la “ciencia deductiva que estudia las propiedades de los entes abstractos, como números, figuras geométricas o símbolos, y sus relaciones”.
No obstante la definición formal, la cual a primera vista parece tan fría y tan lejana a la mayoría de las personas, es importante tener presente que el estudio de las matemáticas en la antigüedad fue considerado como un conjunto de saberes que estaban vinculados al comportamiento humano, por ello eran también símbolos de cualidades morales, de elementos psicológicos, además de que se le consideraba expresión y lenguaje de la Madre Naturaleza.
Con el paso de los siglos las matemáticas quedaron reducidas a un conjunto de conocimientos racionales y, al menos en el ámbito educativo formal, a fórmulas alejadas de lo cotidiano.
En 1959, en plena Guerra Fría, Rumania organizó la Primera Olimpiada Internacional de Matemáticas, la cual en la actualidad cuenta con participantes de los cinco continentes y se desarrolla anualmente en una sede itinerante.
Los propósitos de las Olimpiadas Internacionales de las Matemáticas se pueden abreviar en la promoción del gusto por las matemáticas, en el establecimiento de redes de colaboración entre profesores y estudiantes, y la detección de jóvenes talentosos en este campo.
Después de más de cincuenta años, en varios países, sobre todo en los más desarrollados, se han establecido sistemas de detección de talentos y preparación de niños y jóvenes que han dado pauta al surgimiento de matematletas, mateatletas o matletas –éste último concepto el más aceptado y difundido en otros idiomas-.
Como podrá imaginar, caro lector, las Olimpiadas Internacionales de Matemáticas en cierta forma inspiraron, como es el caso de México y muchos otros países, el surgimiento de competencias locales, regionales y nacionales.
Hasta aquí podría parecer que el vínculo analógico entre atletismo y matemáticas está agotado, y que el matletismo cuenta con dinamia propia. Pienso que en cierta forma es así, pero la analogía entre ambos conceptos aún da para más.
Si bien es cierto que la especialización ha llevado a los individuos a profundizar en los diversos campos de la actividad humana, también es cierto que conlleva a la parcialización y al extravío del sentido lúdico de cualquier actividad. La naturaleza recreativa del deporte trasladada a las matemáticas, y que da origen al matletismo, es precisamente lo que da frescura y distensiona el estudio habitual de las matemáticas.
Analógicamente a los atletas de alto desempeño que observan disciplina en su alimentación, en sus ciclos de sueño reposo y que ahora han incorporado con gran éxito prácticas orientales, como yoga y meditación; así los entrenadores de matletismo podrían estar experimentando en campos ampliamente estudiados y que han sido parteaguas en el atletismo internacional.
La analogía entre atletismo y matletismo puede contribuir a redescubrir el sentido humanista de las matemáticas para el surgimiento de mejores seres humanos en bien de todos.
Abel Pérez Rojas (abelpr5@gmail.com / @abelpr5 / facebook.com/PerezRojasAbel) es poeta, comunicador y doctor en Educación Permanente. Dirige: Sabersinfin.com.
