El Hotel Orozco, ejemplo de relación entre empresarios y el poder

El exitoso establecimiento ahora es un jardín que sobrevive como testimonio de la dependencia de vínculos políticos para fracasar o triunfar en la capital

Guanajuato, Guanajuato.- Hoteles y restaurantes de la capital han sido exitosos o fracasado a la sombra de la relación entre empresarios y el poder. Un ejemplo de ello es el desaparecido Hotel Orozco, que estuvo ubicado en el Paseo de la Presa, a unos pasos del Palacio de Gobierno, y que ahora es un jardín anexo a las oficinas del Sistema Estatal para el desarrollo integral de la familia.

Se trata del empresario Ricardo Orozco, que fue en la década de 1950 el constructor del Hotel Castillo Santa Cecilia, obra de inversión posible gracias a la relación con los gobernantes de su tiempo. Tuvo la idea de imitar a un castillo medieval europeo y es a la fecha uno de los más originales distintivos de la industria del hospedaje en la ciudad

Ricardo Orozco fue propietario primero del Hotel San Diego, en pleno centro de la ciudad y era el lugar en donde se realizaban actividades del gobierno del estado. Le fue tan bien al hotelero que construyó el que se consideró más moderno hotel de su tiempo:

Cuando Juan José Torres Landa fue gobernador del estado, construyó el nuevo Palacio de Gobierno casi enfrente del jardín Florencio Antillón y unos 200 metros abajo fue edificado el Hotel Orozco. Era un convencional edificio con arquitectura de la época, construido en un suelo húmedo que a la postre lo hizo cerrar y fue adquirido por la administración de Manuel M. Moreno (1967-1973) para que fuera edificio con fines burocráticos. Ya no tenía remedio, el gobernador Enrique Velasco Ibarra optó por construir mejor el Centro Administrativo de Pozuelos, para aprovechar una red de túneles que complementaron a la calle Subterránea. La familia Orozco continuó con otras empresas hoteleras.

Ya para la década de 1970 el edificio estaba tan en mal estado que para la siguiente gestión, la de Rafael Corrales Ayala (1982-1988) se le mandó tirar y en su lugar ubicó un jardín, las oficinas del DIF estatal y la biblioteca Emilio Uranga, quien fue el mentor intelectual del gobernante.

Donde estuvo el hotel se encuentra ahora un jardín, que sobrevive como testimonio de que los auges y los fracasos de muchos empresarios de la capital del estado dependen de sus vínculos con la clase política.

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Periódico Notus
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