“El tiempo no es lineal,
sino caótico”.
Abel Pérez Rojas.
Erróneamente hemos vivido pensando en que el tiempo es lineal y, en consecuencia que es ocioso pensar en el futuro, porque en tiempos tan convulsos como los que vivimos nadie sabe si habrá mañana.
Esta situación de apatía para tomar decisiones permite dejar en las manos de otros el rumbo que tomarán nuestras vidas tanto en lo individual como colectivo.
Recientemente, durante una plática, abordé la necesidad de cambiar nuestro presente a partir de planear prospectivamente y revalorar con mirada distinta nuestro pasado, pues mientras nosotros pensamos que algo es absurdo, otros aprovechan esto mismo para tomar la delantera.
¿Cómo recuperar el tiempo perdido y emparejar a los punteros? Hay que ser capaces de identificar los cruces estratégicos de dos temas clave proyectados a escenarios futuristas que podemos imaginar en una reconstrucción participativa de las muchas alternativas a las que podríamos llegar de acuerdo con las tendencias sociales, económicas, políticas, científicas, humanas, inclusive como proyecciones desde el pasado.
Esta es una manera en que “atraemos” el futuro al presente, como brillante y acertadamente lo ha planteado innumerables veces el doctor Luis G. Benavides Ilizaliturri.
Por ejemplo, si usted está pensando en reorientar su organización no gubernamental (ONG) dedicada a detonar la riqueza agropecuaria –sólo por poner un caso, porque la metodología aplica en realidad a cualquier tipo de empresa, organización o colectivo- basta una simple búsqueda muy general en Google para encontrar una serie de proyectos e investigaciones que se han plantado en el futuro específico.
Si colocamos en el futuro un punto muy concreto como sería el año 2050 nos toparemos con varias sorpresas:
Encontraremos un documento de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, titulado Cómo Alimentar al Mundo en el 2050, en el cual, entre otros puntos importantes presenta y cruza las variables de población mundial, crecimiento de los ingresos, las porciones de tierras cultivables, entre muchos otros datos y las conclusiones de expertos.
Siguiendo con el ejercicio nos toparemos –desde otra vertiente, pero también en el ámbito agropecuario- con un material interesante y útil bajo el sello de la Organización Panamericana de la Salud y la Association of American Veterinary Medical Colleges titulado Visión del Futuro de la Educación Médica Veterinaria. Este documento da pie a pensar sobre las competencias necesarias que deben desarrollar los profesionales dedicados a la atención de los animales. De manera extensiva son útiles para cualquier persona cercana a dicha actividad productiva.
La búsqueda, vinculando año 2050 y desarrollo agropecuario, se enriquece si lo hacemos en el rubro de imágenes, en particular diseños, porque encontraremos algunos gráficos que representan tecnología básica del pasado que podría adaptarse muy bien a las condiciones de aquel año.
Nuestra indagación exploratoria en Internet es más vasta si se diversifica la búsqueda en otros idiomas, por ejemplo el inglés, francés o alemán.
¡Pero cuidado! No estamos exentos de toparnos con documentos o diseños que están planteados para mantener control, así que no obstante su proyección al futuro, sólo sirven para reproducir las condiciones de dependencia y esclavitud imperantes hasta ahora.
Como verá no es pérdida de tiempo pensar y planear del futuro al presente, por el contrario es darnos la oportunidad de hallar la forma de romper con las inercias que nos someten y provocan el fatal destino.
Que tan conveniente es tratar de definir nuestro futuro, cuando tenemos un presente que disfrutar, pienso que el tratar de vivir momentos fuera de tiempo solo nos puede frustrar nuestros ideales, sería ideal poner toda nuestra energía y esmero en un ahora y esto solo atraera lo mejor a futuro.
Excelentes reflexiones Abel. Gracias