Irapuato, Guanajuato.- Su rostro muestra cansancio, su cara aparenta mucho más edad de la que tiene, incluso su vista le falla, así como su oído. Apenas está sentada en un pequeño banquito y frente a ella su puesto de dulces, mientras que su cuerpo está encorvado. María Isabel del Pilar Ríos es una mujer que se suma a la cifra de las personas de la tercera edad que tienen que salir a trabajar por necesidad.
A sus 79 años, María Isabel tiene que trabajar vendiendo chicles y semillas en la zona centro de Irapuato, casi todos los días, para llevar a su casa que comer.
Originaria de la Ciudad de México, María Isabel llegó a Irapuato hace 20 años con su hijo y su nieto, sin embargo por cuestiones de enfermedad, es ella quien tiene que salir a conseguir el sustento de cada día.
Todos los días María Isabel se levanta muy temprano, también para ir a conseguir su mercancía y después para irse a venderla.
Con tristeza recuerda como ha vivido lejos de sus familiares y ya se quedó a vivir en Irapuato, teniendo que vender dulces en la calle a su edad para sobrevivir.
Hoy día del Abuelo, María Isabel desconocía la festividad, y aunque sí tienen un nieto, este es un día que no existe en su calendario.