El Super Bowl es uno de los eventos con más afluencia de gente en el mundo; se espera que el 7 de febrero asistan al estadio Levi’s en San Francisco, poco más de 70,000 personas y que más de 114.4 millones de personas sigan la transmisión del juego a través de distintas pantallas; dicha suma de espectadores no sólo representa uno de los eventos más atractivos para el mundo de la publicidad, sino también es uno de los blancos más cotizados para los cibercriminales.
En la edición de 2015, la consultora de seguridad TrendMicro advirtió sobre los ciberataques dirigidos al Súper Tazón; sin embargo, debido al aumento en la cantidad de dispositivos y la interconexión entre ellos, para la edición del Super Bowl 2016, se espera una mayor cantidad de ciberataques, los cuales serán geolocalizados y dirigidos, en su mayoría, a los aficionados que vayan al estadio.
“Serán más amenazas localizadas específicamente en el estadio, la gente debe estar consciente que los puntos de conexión gratuita de WiFi pueden ser la puerta a un ataque, pueden ser peligrosos. Hay otros ataques que usarán spam o anuncios dependiendo del lugar en el que estés”, dijo Christopher Budd, analista de amenazas globales de la firma TrendMicro.
La alta conectividad en el estadio Levi’s, que ofrecerá una conexión de WiFi por cada 100 asistentes, además de antenas para potenciar la señal celular y una aplicación gratuita para smartphones, capaz de indicarle al usuario su asiento o enviarle promociones de comida o bebida, hacen del evento, la plataforma perfecta de hackeo.
Budd dijo que las campañas con más probabilidad de hacerse presentes durante el aniversario 50 del Super Bowl serán dirigidas a hacer phishing utilizando el GPS de los dispositivos y su conexión a la red, o bien, por medio de promociones falsas dentro del mismo complejo deportivo. “Con un clic, pueden llevarte a una página en donde des datos personales para realizar compras falsas”, dijo.
Este 2016, se estima que los puntos más débiles por los que los hackers pueden acceder a los datos de los usuarios serán dispositivos vestibles y smartphones conectados a redes gratuitas; Budd por ejemplo, sugiere que en su caso particular, apagaría sus dispositivos para evitar un problema.
“Si fuera yo apagaría mi WiFi y mi Bluetooth en el evento y solo usaría mi plan de datos de la compañía telefónica”, sugirió el analista.