Difunden en redes sociales video íntimo de Wendy Guevara

El caso de la influencer reabre el debate sobre la violencia digital y la urgencia de proteger la privacidad en redes sociales

La madrugada del 3 de agosto, Wendy Guevara, influencer y conductora reconocida por su participación en *La Casa de los Famosos*, volvió al centro de la conversación pública, pero esta vez como víctima. Un video de carácter íntimo fue publicado sin su autorización desde su propia cuenta de Instagram, en lo que se presume fue una acción derivada del robo de sus dispositivos móviles días antes.

Aunque el contenido fue eliminado en cuestión de minutos, la velocidad de difusión en redes como X (antes Twitter) y TikTok hizo que el daño ya estuviera hecho. El episodio no solo generó reacciones inmediatas, sino que también avivó una discusión crítica: la violencia digital y la falta de garantías sobre la privacidad en línea.

Wendy, con el estilo directo que la caracteriza, abordó lo ocurrido en una transmisión en vivo mientras se preparaba para un nuevo proyecto televisivo. Confirmó que su cuenta fue vulnerada: “Se metieron a mi Instagram y lo subieron”. La declaración vino acompañada de una reflexión que resalta el dolor y la normalización de este tipo de agresiones: “Que piensen lo que quieran, si le pasó a Kim Kardashian, ¿qué se puede esperar de mí?”.

La filtración habría sido consecuencia de un asalto carretero ocurrido días antes, donde ella y su equipo fueron despojados de sus celulares. En ese momento, la influencer ya había advertido la posibilidad de que se difundieran archivos personales.

Aunque por ahora descartó emprender acciones legales para “no desgastar su mente”, el caso pone de nuevo en la mira la violencia digital, una problemática que afecta cada vez a más personas, particularmente mujeres y miembros de la comunidad LGBT+.

Violencia digital: un delito tipificado en México

De acuerdo con ONU Mujeres, la violencia digital comprende conductas como acoso, amenazas, control o difusión de contenido íntimo sin consentimiento, todo mediante el uso de tecnologías. En México, estas prácticas están reconocidas como delitos gracias a la llamada *Ley Olimpia*, que contempla penas de cárcel para quienes difundan imágenes o videos sexuales sin aprobación de la persona afectada.

No obstante, especialistas advierten que más allá del marco legal, sigue existiendo un déficit cultural y estructural que impide prevenir estos ataques y atender a las víctimas de forma efectiva.

Un problema colectivo, no solo de figuras públicas

Lo ocurrido con Wendy Guevara es solo uno entre miles de casos que suceden cada año. Organizaciones de derechos digitales y colectivos feministas han reiterado que el daño causado por la violencia digital no termina en la pantalla: muchas víctimas sufren revictimización, burla e incluso abandono institucional.

El caso visibiliza una realidad más amplia y dolorosa: la privacidad digital sigue sin estar garantizada, y las agresiones en línea deben dejar de ser minimizadas como escándalos virales para ser atendidas como lo que son: violaciones a derechos humanos.

Wendy, sin proponérselo, volvió a poner el tema sobre la mesa. Y el país, una vez más, tiene la oportunidad —y el deber— de reflexionar y actuar.

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Periódico Notus
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