La Virgen de Guadalupe es muy importante para la fe de muchos mexicanos. Cada 12 de diciembre, la Villa de la Guadalupe, ubicada a los pies del cerro Tepeyac, recibe millones de peregrinos de todas partes de la República Mexicana, quienes con sencillez y particular folclor saludan a su Virgen Morena.
¿Cuántas veces ha hecho su aparición?
Aunque a la Virgen María se le llama de diversas formas, la Iglesia católica reconoce sólo tres apariciones en diferentes partes del mundo:
-Virgen de Guadalupe: 12 de diciembre de 1531, en México.
-Virgen de Lourdes: 11 de febrero de 1858, en Francia.
-Virgen de Fátima: 13 de mayo de 1917, en Portugal.
Se entiende que es la misma Virgen María la que se aparece en estos tres momentos para ayudar y animar a los que creen en Jesucristo. En estas apariciones, la Virgen pide rezar el Rosario, acudir al Sacramento de la Penitencia y hacer sacrificios para la salvación del mundo.
La tilma de San Juan Diego
Se trata de una manta de un tejido áspero y grueso, hecha con fibra de agave popotule. Esta tela es conocida como Iscle y tiene una duración aproximada de 20 años. La tilma mide un metro y 68 centímetros de altura, por un metro y tres centímetros de ancho. Son, en verdad, dos piezas unidas en el centro, de arriba hacia abajo, cocidas a mano con un hilo de algodón blanco muy delgado (que resulta increíble que resista el peso y la tirantez de las telas que une). Con todo, la costura no atraviesa el centro del rostro de la Virgen, ni la del ángel que está a sus pies. Llama la atención que el color aparece como impregnado en la tela y que la trama llena de nudos desiguales no altera la finura ni la nitidez de la imagen.
Al mismo tiempo, se desconoce cómo un ayate realizado en 1531 con una fibra natural, susceptible de descomposición, permanezca intacto hasta hoy.
En 1789, el Doctor José Ignacio de Bartoloche realizó una réplica del ayate y de la pintura, exponiéndola en un lugar cercano a la original. La réplica fue destruyéndose poco a poco, debido a la acción del salitre y de la humedad de la piedra de la pared de la capilla.
En 1836, la imagen de la Virgen se salvó milagrosamente de un daño irreparable cuando fue derramado accidentalmente sobre ella ácido nítrico, usado para limpiar el marco de oro y plata. Sólo quedó una mancha que no destruyó la tilma, la cual sin explicación lógica, año con año, ha ido desapareciendo.
En 1921, la tilma se salvó de un atentado con una bomba colocada a sus pies, la cual al explotar ni siquiera cuarteó el vidrio con el que ahora es protegida la imagen.
Opinan los expertos.
La tilma ha sido estudiada para determinar si es o no una obra humana.
En 1756, el pintor Miguel Cabrera estudió los trazos de la imagen con otros artistas y concluyó que sería imposible reproducirla perfectamente.
Dos siglos más tarde, en 1946, nuevas investigaciones confirmaron que la imagen de la Virgen está libre de trazos de pincel y que más parece una impresión fotográfica.
En 1979, los norteamericanos Phillip Serna Callahan, doctor en Filosofía de la Universidad de Kansas y técnico en pintura e investigación científica, junto con Jody Brant Smith, maestro en Artes de la Universidad de Miami, tomaron una fotografía infrarroja a la imagen (esta técnica es utilizada para el estudio de pinturas antiguas).
Ambos descubrieron que existe un original y añadidos. El azul del manto aparece como original, es de un pigmento azul semitransparente desconocido, al igual que el rosa de la túnica. Ni la túnica ni el manto tienen un barniz protector y ambos brillan como si se les acabara de pintar. El rostro está hecho de pigmentos desconocidos, mezclados de tal manera que aprovechan las cualidades de la difracción de la luz causada por la tela, sin apresto para impartir el matiz olivo al cutis. Además la técnica se sirve de las imperfecciones del tejido de la tilma para dar gran profundidad a la pintura.
Conviene saber que la imagen actual sí tiene añadidos posteriores hechos por mano humana, ya que están desprendiéndose del original. Así, el moño negro del ceñidor, el borde dorado y negro del manto, las estrellas, los rayos del fondo, la luna, el pliegue del manto y el ángel fueron pintados por mano humana –en diversas épocas- después de formarse el original.
Los ojos de la Virgen Morena.
En 1929, Alfonso Marcué Gonzalez descubrió, por primera vez, la silueta de un hombre reflejada en los ojos de la imagen de la Virgen, sin embargo, no se hizo público el hallazgo.
En 1955 fue anunciado oficialmente que la imagen en ambos ojos de la Virgen, encontrada por el dibujante J. Carlos Salinas Chávez, en 1951, corresponde definitivamente a la de Juan Diego.
Los especialistas oftalmólogos, doctores Purkinje de Breslau y Sansón de París, realizaron los diversos estudios en las imágenes y descubrieron que desde el punto de vista óptico y de acuerdo con la posición de la cabeza de la imagen, la colocación de las figuras en cada ojo es la correcta (interna en el derecho y externa en el izquierdo).
También se constató que la imagen de dicha persona es tal como la proyectaría un ojo vivo.
En 1962, el Dr. Charles J. Wahling y su esposa, ambos de Estados Unidos, amplificaron 25 veces una fotografía de la Virgen y descubrieron dos imágenes, comprobando científicamente que éstas corresponden al reflejo en ojos humanos.
Recientemente, el peruano residente en México, Dr. José Aste Tönsmann, a través de la computación digitalizada de fotografías tomadas directamente al original sin el vidrio protector, encontró que: las imágenes existen verdaderamente en ambos ojos de la Virgen y aparecen con un detalle y precisión admirable; las imágenes se presentan en los mismos ángulos y tamaños semejantes a los que se presentan en una persona viva; aún con la tecnología actual más desarrollada en el mundo, sería imposible pintar imágenes de estas dimensiones, sólo visibles gracias a la computación y además, que sean imágenes con detalles tan precisos, pintadassobre un material tan tosco como la tilma.
Posteriores estudios que amplían estos descubrimientos, señalan que los ojos y párpados de la Virgen registran ramificaciones venosas que sólo se alojan en ojos vivos.
Peregrinos.
Miles de mexicanos y extranjeros visitan cada año la Basílica de Guadalupe, en donde está la hermosa imagen que la Virgen pintó a Juan Diego en su ayate para pedirle a Nuestra Madre su amor, su protección y su ayuda.
Las peregrinaciones no sólo son llevadas a cabo en México, las hay en todos los países del mundo a diferentes templos dedicados a la Virgen de Guadalupe. Algunas personas van de rodillas porque le hacen una promesa a la Virgen cuando le piden un favor. En las peregrinaciones la gente ora, hace sacrificios y canta.
Muchas veces, las peregrinaciones vienen de muy lejos y se tardan varios días en llegar a darle gracias a la Virgen por algún milagro o favor concedido. El amor a la Virgen es lo que mueve a todas estas personas a irla a visitar desde su ciudad.
En las peregrinaciones, las personas suelen llevar estandartes con la imagen de la Virgen y mantas donde escriben el nombre de su pueblo, de su familia, de su empresa o colonia.