Se han convertido en una droga difícil de abandonar o erradicar, y resulta que las personas enferman de diversos males ocasionados por tomar bebidas embotelladas, esos refrescos azucarados que son tan deliciosos pero tan malos para la salud.
Estudios científicos demuestran que dejar de consumir estas bebidas podría tener efectos positivos para la salud.
Tendrás menos hambre:
El azúcar artificial contenida en los refrescos altera la percepción de saciedad. Los endulzantes artificiales suelen tener de 400 a 800 veces más azúcar de lo normal.
Te verás más joven:
Cuando las células se dividen, se acortan naturalmente los telómeros, este acortamiento se asocia con el envejecimiento y enfermedades propias de la edad. El consumo de refrescos con grandes cantidades de azúcar se asocia con una vida más corta de los telómeros.
Reducción de peso:
Los refrescos, aunque sean bajos en calorías, liberan insulina e impiden bajar peso. La insulina es la hormona principal que puede almacenar grasa.
Tendrás menos enfermedades:
Los refrescos pueden alterar el sistema digestivo, erosionan el esmalte de los dientes y el reflujo, esto puede alterar las bacterias del estómago.
Por cada 5% de calorías que consumimos de los edulcorantes, el riesgo de padecer diabetes se incrementa en un 18 por ciento.
Evitarás las fracturas óseas:
El colorante artificial de los refrescos contienen fósforo y este componente a largo plazo puede ser malo para los huesos. A diferencia del fósforo encontrado en la naturaleza el que se agrega a los refrescos se queda por largos periodos de tiempo en el organismo.
Volverá la energía:
La cafeína encontrada en los refrescos puede deshidratar nuestro cuerpo y esto nos hará sentir más cansados y fatigados.
