Por Eréndira Núñez Millán.
Guanajuato, Guanajuato. Los puestos de limpieza de zapatos son una de las formas más tradicionales de servicios ambulantes que se ven en pueblos y ciudades de nuestro país, el municipio de Silao no podía dejar de ser la excepción, ya que don Juan José Rodríguez probó suerte en este oficio cuando apenas tenía 10 años de edad.
Con 43 años de experiencia como bolero don José recuerda que fue gracias a su padre, que también fue bolero, que aprendió el oficio y le agarró el gusto a trabajar limpiando y sacando brillo a los zapatos, actividad que reconoce le ayudó a sacar adelante a su familia honestamente.
“Don Pepe” como lo llaman sus amigos y familiares, dice que la mejor satisfacción de cuando hace bien su trabajo es recibir una buena remuneración extra al pago de su trabajo.
Vale la pena mencionar que, lastimosamente, en la actualidad parece ser que el trabajo de bolero está a punto de ser olvidado. Diseminado en diferentes parques y algunas avenidas principales, pareciera que las nuevas generaciones no recurren a este tradicional servicio para hacer lucir sus zapatos. En su lugar, son en su mayoría los adultos mayores, algunos oficinistas, políticos y empresarios quienes mantienen con vida el brillante oficio del bolero.
“Cuando estoy boleando los zapatos de mis clientes se me va el día súper rápido, porque estoy dándoles mi servicio y ellos me platican sus anécdotas, historias o hasta de su vida personal, cosa que luego ya no los vuelvo a ver algunos” comentó.
Sin embargo, para don José trabajar como bolero le ha valido para conocer a grandes personalidades de su municipio, pues recuerda que les sacó brillo a zapatos de grandes personajes de la política y del mismo municipio de Silao, como es el caso de algunos presidentes municipales.
“Yo me siento bien con mi trabajo cuando los clientes se van satisfechos y me dan las gracias con una sonrisa, o en su caso me dan una propina extra, para mí eso es algo bueno”, expresó don José con una gran sonrisa.
Ser bolero es un oficio con más de un siglo de historia. En pocas palabras, es un trabajo que rinde culto al esplendor de toda una tradición que, al paso de los años, desafortunadamente, se ha perdido un poco pero aún hay quien se resiste y con mucho ánimo continúa sacando brillo a los zapatos de los silaoenses.