Pénjamo, Guanajuato.- Para las mujeres de Churipitzeo ya es una costumbre lavar la ropa en el ojo de agua de la comunidad que en sus casas ya que sostienen se lava mejor.
Tal es el caso de Rosa María quien durante los casi 30 años que lleva viviendo en la comunidad luego de casarse, siempre ha acostumbrado a lavar con agua del río pese a que en su casa hay agua potable y cuenta con lavadora.
“Acá queda más bonita la ropa, no se maltrata tanto” dijo la vecina de la comunidad.
Sentadas de rodillas por horas, las mujeres asisten a la orilla de un pequeño canal de agua donde lavan la ropa de su familia en grupo.
El llamado Paseo de Churipitzeo es un sitio en el que la quietud de sus árboles centrales, enmarcan al menos 700 años de historia con un ojo de agua que ha brindado “vida” a sus habitantes.
En la zona las mujeres lavan la ropa, los vecinos beben de esa agua y los visitantes llevan agua o bien se bañan en sus albercas.