Irapuato, Guanajuato.- “Durante los más de 10 años que llevo viviendo en mi casa, la mitad he visto a este señor en su triciclo. Se dedica a reparar y lustrar calzado. Desde hace medio año que no lo veía, pero ayer llegó con su mochila y unas muletas”, así lo dijo con asombró Gerardo al relatar parte de la vida del zapatero “aquí está el zapatero, iiiiiiaaaa llegó el zapatero” …
“Buen tipo el hombre, saqué mis zapatos de batalla para que les diera una chaineada y fue inevitable no preguntar qué le había pasado” comentó Gerardo, luego de haber cuestionado al zapatero.
“Me dijo que lo atropellaron y el responsable, al momento del accidente, se comprometió a pagarle, pero a los pocos días el tipo desapareció. A él lo operaron, le colocaron una placa y clavos en el pie. Tras seis meses sin trabajar, ayer decidió salir y lustrar los zapatos, para tener algo para comer. El hombre gateaba para ir por sus herramientas porque aún no puede apoyar bien la pierna.
Me causó tanto asombro sus ganas de trabajar, pudo pedir dinero, pero no, él quería hacer lo que sabe para ganarse la vida.
A veces uno se queja de la vida por no tener para algún lujo y conoces personas como él y piensas que en realidad eres afortunado por tener para comer, vestir o comprar alguna medicina.”
El Zapatero anda por varias partes de Irapuato ofreciendo sus servicios, él tiene varios hijos que usualmente lo acompañan y es un hombre bastante conocido por su singular alegría.