Semana perfecta con 9 puntos de 9 disputados para las Águilas. América humilló a Cruz Azul con un 7-0 histórico para estos equipos y desde ya alzó la mano como un candidato serio al título.
El dominio azulcrema fue total, los futbolistas cementeros se paralizaron y eso lo supo aprovechar bien el cuadro local que encontró en la pierna de Richard Sánchez la lleve para abrir el marcador y reflejar en el marcador lo que estaba pasando en la cancha.
Pero eso era apenas el comienzo de una amarga noche para la afición de Cruz Azul a la que le tocó sufrir la segunda bofeteada por parte de su último héroe, Jonathan Rodríguez, quien aprovechó una magnífica asistencia de Henry que dejó en su camino a Ramiro Funes Mori para dejar con el arco abierto al Cabecita que solo tuvo que empujarla al fondo de las redes.
La Máquina pedía esquina e imploraba porque llegara el medio tiempo, pero este América está sabiendo aprovechar sus momentos y antes de irse al descanso Diego Valdés les clavó la tercera estaca en tiro de castigo dejándolos con una herida profundo y difícil de sanar.
La fiesta era toda azulcrema y lo justo era que la sensación del momento, Henry celebrara un gol, entonces Emilio Lara se volvió a asociar con el goleador y metió un pase en diagonal al poste más lejano donde entre muchas piernas apareció la del yucateco para meter el cuarto, coronar su actuación y confirmarse como el líder de goleo del torneo.
Lo mejor que podía hacer América era no bajar la intensidad y como recompensa encontraron el quinto gol que adornó una actuación brillante de todos; Álvaro Fidalgo se paró en los límites del área y con un derechazo venció de nueva cuenta a Sebastián Jurado que nada pudo hacer para evitar el tanto.
Por supuesto era el escenario ideal para que Federico Viñas y Salvador Reyes se reencontraran con el gol y a minutos del final ambos terminaron con su sequía de goles para sentenciar el partido.
La peor derrota que registraba Cruz Azul en toda su historia en cualquier torneo era el 6-1 en contra que sufrió contra Fénix en la Copa Libertadores del 2003.