Cuerámaro, Guanajuato. – Alejandra Pacheco, una mujer que empezó en el mundo del emprendimiento. Proviene de una familia de comerciantes, creció vendiendo en tianguis junto a sus padres.
De niña ella anhelaba ser maestra, pero por azares del destino decidió dejar la preparatoria y casarse a los 16 años.
Con el tiempo, Beatriz Alejandra decidió emprender su propio negocio con el cual lleva 7 años y le ha dado para sacar adelante a su familia.
Su negocio de dulces últimamente ha crecido mucho que la ha llevado a utilizar una mesa grande donde pone los dulces actuales como mazapanes, paletas de la Rosa, cacahuates japoneses hasta dulces típicos como garapiñados, palenquetas y alegrías contando con una amplia variedad de surtido, pero no solo se dedica a la venta de dulces sino también a la venta de aguas frescas como la de limón y horchata.