Abasolo, Guanajuato.- En Abasolo, el Río Lerma se ha ido convirtiendo en el gran drenaje de la zona rural, aquí se tiran los desperdicios y no hay regulaciones para cuidarlo, inclusive la llegada de las aguas negras del río Turbio o del Laja, también se integran al ambiente.
San José de Peralta, Zapote de Peralta, Piedras Negras, Labor de Peralta, Las Estacas, son los poblados abasolenses utilizados como “drenajes públicos”, es decir, de las casas que hay en esos lugares, la mayoría de las descargas las hacen en el río Lerma.
Sin embargo, el problema no sólo es en Abasolo, sino que también en Pueblo Nuevo, Pénjamo, Salamanca, Jaral del Progreso, por mencionar a los municipios de Guanajuato que tienen injerencia con este gran río que altamente impactado por desechos industriales, urbanos y agrícolas.
En Abasolo, el riesgo ya no sólo es para el Lerma, sino de manera secundaria o directa es en las familias, porque de ahí se riegan cultivos con esa agua o siembran a sus costados para aprovechar sus filtraciones y al igual el tema de la salud también se ve comprometida.
Según el “Análisis multimétrico para evaluar contaminación en el río Lerma y lago de Chapala, México”, dice que los sitios de muestreo Pueblo Nuevo y La Calle reciben aguas utilizadas en actividades agrícolas, así como de desecho industrial y urbano de las ciudades de León, Salamanca y drenajes directos de los poblados aledaños.
Al igual el resultado del estudio elaborado por la División de CBS de la UAM-X en el Departamento de Producción Agrícola y Animal y por el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM. , dice que en Salamanca, La Piedad, Ibarra y La Laja se han detectado concentraciones que sobrepasan los límites permisibles de contaminantes orgánicos como tolueno, gasolina, fenoles y en ocasiones de plaguicidas.