Irapuato

A través de los ojos del velador “Juanito”: La niña del panteón municipal de Irapuato

En homenaje póstumo, contamos las historias que dejo en vida Juan Vázquez Díaz, quien por más de 5 años fue velador del Panteón Municipal de Irapuato

 

 

Irapuato, Guanajuato.- Juan Vázquez Díaz, “Juanito” como era conocido, fungió como velador del Panteón Municipal de Irapuato durante aproximadamente 5 años en el turno nocturno, hace unos meses en entrevista contó un poco sobre su experiencia en el camposanto.

Hace un par de semanas, nuestro querido amigo “Juanito”, falleció y con gran respeto realizamos este homenaje en tres partes, donde el irapuatense contó sus experiencias dentro del Panteón Municipal de Irapuato.

“Durante mi tiempo en el panteón, me di cuenta de que la realidad no está tan distante de la verdad, que existen esencias que escapan de nuestra comprensión y están más allá de nuestro alcance”, dijo.

Inicialmente escéptico, “Juanito” descubrió que, dentro del panteón, tuvo la oportunidad de presenciar, sentir y escuchar, lo que lo transformó en una persona más sensible. Entre las muchas anécdotas vividas, el irapuatense compartió algunas historias.

“Cuando llegué por primera vez al panteón, vi a una niña parada al final de la calle principal. Me embargó la tristeza, pensando que se había perdido y que sus padres la habían dejado atrás, ya que era de noche. Inmediatamente, informé a Seguridad Pública”, relató.

La policía llegó al lugar y realizaron un recorrido junto a “Juanito”, pero no encontraron a ninguna niña. Tiempo después, uno de sus compañeros le dijo: “No te preocupes, volverás a verla”. “Juanito” preguntó por qué, a lo que su compañero respondió: “Porque ella vive aquí. Es una personita que no se acerca, sino que corre entre las tumbas”.

Además de su labor como velador, Juanito también se dedicaba a la música, y cuando alguien solicitaba una canción en honor a sus difuntos, él la interpretaba con gusto. En uno de esos días, mientras tocaba para un cliente, sintió que alguien lo observaba fijamente. Al voltear, se encontró con la mirada de la niñita, una criatura hermosa de unos 4 años, con ojos azules, un vestido amplio que evocaba tiempos pasados y cabello rubio brillante.

La niña lo observó con asombro, levantó sus pequeños hombros y comenzó a caminar. Juanito deseaba seguir su trayectoria, pero la niña desapareció entre las tumbas. Meses después, elementos de Seguridad Pública realizó un recorrido en el panteón, y Juanito se unió a ellos. Una oficial tomó fotos con su teléfono celular para enviárselas a su superior. Minutos más tarde, la oficial le comentó a Juanito que le habían preguntado si él llevaba a su hija, ya que en las fotos que había tomado aparecía una niña a su lado.

Juanito agregó que, al principio, experimentaba temor a lo desconocido, al igual que cualquiera, pero lejos de eso, dentro del Panteón Municipal de Irapuato no sentía miedo alguno. “No tengo miedo de estar aquí, al contrario, me he identificado con este bello lugar. Mi trabajo me apasiona”, concluyó.

En memoria a Juan Vázquez Díaz.

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