Guanajuato, Gto. Un total de 17 propuestas escénicas y musicales, con más de 240 artistas participantes, serán emisarias de la creatividad y búsqueda de la excelencia que crece en el Bajío para la inminente celebración de la “fiesta del espíritu”, que se desarrollará del 12 al 30 de octubre.
La delegación artística guanajuatense se conforma con los proyectos seleccionados a través de la convocatoria anual del Instituto Estatal de la Cultura, invitaciones directas a figuras que han sido emblemáticas para la historia del festival y cuatro producciones escénicas y musicales preparadas especialmente para esta edición.
El público del Cervantino podrá apreciar el estreno de montajes que conjuntan a artistas guanajuatenses y creativos de otras latitudes, como “Del mago al loco. Una revelación del tarot” y “Bach, proyecto de danza”; así como la instalación sonora “Jardín Unión”, propuesta por el músico Roberto Morales Manzanares y un programa preparado por la Banda de Música del Estado con piezas creadas exprofeso por jóvenes compositores de la entidad.
El rubro de las producciones especiales abre con “Del mago al loco. Una revelación del tarot”, coproducción en la que participan: Ciudad de México (invitada de honor), FIC, Instituto Estatal de la Cultura, Instituto Cultural de León y la compañía Teatro de Ciertos Habitantes y que ofrecerá una breve temporada de 13 al 16 de octubre, en la antigua Plaza de Gallos de León.
El montaje multidisciplinario, dirigido por Claudio Valdés Kuri, plantea la travesía de un viajero (ajeno al elenco) que se enfrenta a diversas pruebas, a través de 22 estaciones que corresponden a los arcanos mayores del tarot. Es un montaje en el que cada uno de sus más de 20 participantes ha aportado elementos y referentes.
Otra coproducción que conjunta al FIC y el Instituto Estatal de la Cultura, ahora con la compañía estadounidense de danza Paul Taylor, es “Bach, proyecto de danza”, un montaje coreográfico que tiende puentes entre el lenguaje de la danza contemporánea y la música de Johann Sebastian Bach. La propuesta integra un elenco de seis bailarines guanajuatenses, bajo la dirección de Francisco Graciano.
Estreno también es el programa confeccionado por la Banda de Música del Estado, dirigida por Adalberto Tovar, que a mediados de año convocó a compositores guanajuatenses a crear piezas que sintetizaran la tradición de las bandas de viento y los enfoques actuales. El resultado son obras de Aldair Porras, Jacobo Cerda, Paul León Morales y Luis Paul Millán, que se estarán haciendo oír cada domingo de festival, en el kiosko del Jardín Unión.
El Jardín Unión es también escenario y da nombre a la instalación sonora diseñada por el músico, flautista y compositor Roberto Morales Manzanares, quien propone un diálogo entre los dispositivos electrónicos, el espacio natural, los transeúntes y los sonidos propios de la ciudad.
Por el profundo significativo del medio siglo de vida del Cervantino, han sido convocados algunos de los artistas guanajuatenses con mayor recorrido a lo largo de la historia del festival, como el grupo de música antigua Los Tiempos Pasados, que también cumple 50 años; el pianista Rodolfo Ponce Montero; la agrupación especializada en barroco Capella Guanajuatensis y la coreógrafa y bailarina Lola Lince.
Los Tiempos Pasados, con su apreciado director fundador Armando López Valdivia, deslumbrarán con su arsenal de instrumentos de diversas épocas y un repertorio que salta juguetonamente entre siglos, desde el medievo hasta el renacimiento, pasando por la música virreinal y judeo-árabe.
Capella Guanajuatensis, ensamble que celebra su 30° aniversario, presentará un programa que comunica dos lados del barroco: el francés, de Marin Marais y Jacques Morel, y el británico-alemán, de Georg Friedrich Händel.
Rodolfo Ponce Montero, ganador como los dos ensambles anteriores de la presea Eugenio Trueba Olivares otorgada a artistas guanajuatenses por su trayectoria, volverá al Cervantino con el programa “Música de mis maestros y amigos”, un tributo pianístico a autores como Mario Lavista, Manuel de Elías, Guillermo Pinto Reyes y Gerhart Muench, del que Ponce ha sido un activo estudioso y promotor.