
Guanajuato.- Poco más de la mitad de trabajadores desempeñan actividades informales para ganarse la vida. De acuerdo al INEGI y a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), la tasa de empleos informales ha aumentado en el primer trimestre del 2025. De acuerdo al análisis, en el mismo periodo del año pasado, había un 54.3 por ciento, a la fecha, el número ha crecido hasta un 54.7 por ciento.
En el caso de las mujeres, el 54.9 por ciento se encuentra en informalidad laboral mientras que en los hombres es el 54.6 por ciento. Para ambos, se aumentó el porcentaje, aunque el sexo masculino elevó sus números un 1.7 por ciento.
Esta población laboral considera tanto a personas que son vulnerable por la unidad económica para la que trabajan como a aquellos cuya fuente de trabajo no es reconocida por su dependencia laboral. En esta categoría entras pequeños negocios no registrados, ciudadanos sin seguridad social que trabajan para unidades económicas registradas y personas dedicadas a la agricultura para subsistir.
Además, pese a que este año en el primer trimestre ha disminuido la pobreza laboral, el porcentaje de la población guanajuatense que no puede adquirir la canasta alimentaria con su salario está por encima de la media nacional. El 31.9 por ciento de los hombres y el 37.4 por ciento de las mujeres trabajadoras no cuenta con recursos suficientes para cubrir sus necesidades básicas.
¿Qué representa el crecimiento del trabajo informal?
Según Servicios Integrados Empresariales (SIE), la falta de formalidad en los empleos tiene implicaciones como:
Carencia de acceso a la seguridad social. Los trabajadores no cuentan con el derecho a la atención médica del estado, tampoco a prestaciones básicas por desempleo ni pensiones.
Salario inestable. Estos empleos a menudo aportan remuneraciones variables, que muchas veces ocasionan que las personas tengan problemas para llegar a fin de mes y consecuentemente les sea más difícil ahorrar a futuro.
Incertidumbre laboral. Las personas pueden perder su empleo sin previo aviso por motivos varios sin ninguna compensación.
Menor productividad. Dado que es menos frecuente que reciban capacitaciones constantes, en empleos informales el rendimiento es más bajo.
Falta de protección legal. La ley no respalda casos de explotación laboral y otras prácticas que afecten a los empleados informales.
El impacto no sólo recae en los ciudadanos que trabajan fuera de la ley, sino que el presupuesto público decae. La economía general baja puesto que el gobierno deja de recaudar impuestos y financiar servicios públicos esenciales.
