Un hombre abrió fuego el jueves en una universidad del sur de Oregón,matando a 10 personas e hiriendo al menos a siete, antes de ser abatido a tiros por la policía, dijeron autoridades. La cifra que se había manejado por la tarde era de 15 muertos y 20 heridos.
Las muertes han motivado demandas por un mayor control de las armas en el país, donde la Segunda Enmienda de la Constitución protege el derecho a poseerlas, y un mejor cuidado de quienes padecen enfermedades mentales.
El presidente Barack Obama, quien habló pocas horas después del ataque, dijo que los asesinatos masivos deberían motivar a los estadounidenses para que exijan a los funcionarios electos un mayor control de las armas.
“De alguna manera, esto se ha vuelto una rutina”, dijo Obama, visiblemente molesto y conmovido. “Las informaciones son una rutina. Mi respuesta aquí, en este podio, termina siendo una rutina (…) Nos hemos vuelto insensibles a esto”, agregó.
La gobernadora Kate Brown dijo que el sospechoso era un hombre de unos 20 años que murió en el tiroteo con la policía.
El autor no fue identificado inmediatamente por las autoridades. Reportaron que tres armas cortas y una “larga” que pertenecían al agresor fueron recuperadas en el lugar.
Kortney Moore, de 18 años, dijo al diario local News Review que ella estaba en una clase en Snyder Hall cuando un disparo atravesó la ventana e impactó la cabeza del profesor.
Moore agregó que el hombre armado ordenó a las personas tenderse en el suelo, luego les dijo que se pararan y que le confesaran su religión antes de comenzar la matanza.
El hospital PeaceHealth Sacred Heart Medical Center dijo en un comunicado que tres de las víctimas eran mujeres de entre 18 y 34 años de edad.
La universidad, que comenzó sus clases esta semana y a la que asisten 13 mil estudiantes, 3 mil de ellos a tiempo completo, dijo que permanecería cerrada hasta el lunes.