Abasolo, Guanajuato.- El día del amor y la amistad está “a la vuelta de la esquina” y Ernesto Acosta Ledezma, de 59 años, recordó su historia de amor de como conoció a su actual esposa, Ana Alvarado Mendoza, descubriendo a el amor de su vida y compañera de vida.
Hoy, después de más de tres décadas juntos, Don Ernesto compartió su historia de amor, que ha resistido las pruebas del tiempo.
“Nos conocimos en los bailes que solíamos tener, ya que vivíamos en el mismo rancho”, recuerda Ernesto con una sonrisa. “Me llamó la atención desde el primer momento. Después de sacarla a bailar una y otra vez, empezamos a conocernos poco a poco”.
Aunque al principio sus citas eran breves y en la casa de Ana, debido a que los padres de ella eran celosos como era común en aquel entonces. Ernesto y Ana supieron aprovechar cada momento juntos. “A pesar de las dificultades, decidimos seguir adelante. Sabíamos que queríamos estar juntos”.
Después de un tiempo de conocerse y salir juntos, decidieron dar el gran paso y casarse. Donde a lo largo de los años, como cualquier matrimonio, enfrentaron altibajos y desafíos, pero siempre priorizaron la comprensión y el respeto mutuo.
“Nuestro matrimonio nos ha dejado dos hermosos hijos y tres nietos, que son la alegría de nuestras vidas”, comparte Ernesto.
Ernesto encontró en Ana las cualidades que buscaba en una mujer seriedad en una relación y sinceridad.
“Hay mujeres que no se respetan a sí mismas ni a los demás, pero Ana siempre ha sido una mujer fuerte y respetuosa. Nuestro matrimonio ha sido muy feliz a veces parece que fue ayer cuando nos conocimos”.