Cuerámaro

Pepe: del maíz al nopal, 20 años de dedicación al mercado

El comerciante se encuentra instalado en el mercado Hidalgo, en la zona centro de este municipio

Por Pau Velázquez.

Cuerámaro, Guanajuato- Pepe es un vendedor de nopales que lleva a cabo un proceso muy natural con sus productos, desde cortarlo y llevar a ofrecer en el Mercado Hidalgo en Cuerámaro, donde tiene más de 20 años como comerciante.

El hombre dice ser un ejemplo de cómo una existe conexión con la tierra y la dedicación, al dar forma a una trayectoria diversa y enriquecedora.

En un rincón del concurrido Mercado Hidalgo en Cuerámaro, se encuentra Pepe, un comerciante que ha forjado su vida y sustento en el negocio del nopal. Con una historia arraigada en la tierra y la tradición.

Desde su infancia, Pepe compartió la pasión por la agricultura con sus padres, quienes le transmitieron el arte de sembrar y cosechar. Creció en la Presa del Aguacate, aunque su punto de comercio siempre fue Cuerámaro.

A los 22 años, con una pequeña huerta de nopales a su disposición, decidió establecer un puesto en el Mercado Hidalgo, convirtiéndose en una “icono” para los habitantes de la localidad.

La decisión de dedicarse al nopal no fue casualidad. Además de ser parte del legado familiar, Pepe observó como la demanda crecía a medida que las personas comenzaban a valorar sus beneficios para la salud y no se limita a la comercialización de nopales.

Con dedicación, ha ampliado la oferta para incluir hierbas medicinales como la hierba del sapo, reconocida por sus propiedades para disolver piedras en los riñones, y la moringa, que promueve la respiración saludable, reduce el estrés y ayuda en la pérdida de peso.

Pero el enfoque de Pepe no termina ahí; además de los productos vegetales, Pepe también se ha convertido en un comerciante de aves. A menudo, personas que emigran hacia el norte del país dejan en sus manos cenzontles y canarios como regalo. Por falta de tiempo para cuidarlos, Pepe los lleva al mercado, donde los pone a la venta, esta diversificación de productos refleja la adaptabilidad del mercante.

Ubicado al final de los locales, justo al entrar por la puerta cercana a la iglesia, Pepe es fácilmente identificable por una mesita y jaulas de pájaros que cuelgan en la pared detrás de él. Dos décadas de trabajo en este mercado han dejado huella en su comunidad y en la vida de quienes lo conocen.

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