Irapuato, Guanajuato.- “Nada más veíamos como las casas se caían dentro del agua”, fueron las primeras palabras que relató Bernardo al acordarse de aquel desastre que acabó con cientos de vidas, propiedades y cosas materiales.
“Me acuerdo que todo comenzó un sábado, estábamos haciendo las labores de la casa cuando llego mi papá y dijo, – ‘esto está de la chingada, se va a inundar feo’-, nos espantamos un poco y comenzamos a subir los muebles a sitios altos para protegerlos del agua aunque todo fue en vano”, dijo el irapuatense.
Bernardo, con sus hermanos comenzó a acomodar todo dentro de la casa para que nada se mojara aunque todo fue en vano.
“Mi mamá se fue al mercado con mi papá a comprar víveres, compraron carne, verduras y fruta, entre otras cosas.
Alrededor de la 1 de la tarde comenzó a pasar el agua por las calles, ya que el agua ya había brincado las vías del tren de la ‘coca’”, dijo.
La casa de don Bernardo y familia era de un piso, pero el cuarto de servicio que se encontraba arriba, fue el que les salvo la vida a ellos y otras familia más.
“No se me olvida que un señor que vendía jugos, justo en la esquina de la calle cuando vio que el agua iba llegando, salió a poner tabiques en frente de su casa, dejando a su mamá afuera, nosotros estábamos viendo como le gritaba la señora, -hijo ábreme, por favor- y el le decía -se va a meter el agua mamá-, en ese momento mi papá y yo nos cruzamos por ella para resguardarla de todo problema”, mencionó.
Bernardo explicó como se veían pasar los tanques de la cigarrera el águila por las calles, donde esos tanques provocaron destrozos, rompiendo todo a su paso, como los cristales de los bancos.
“Nosotros solo veíamos como las casas de adobe se caían y un polvito salía por el agua, pero a pesar de toda esa tristeza y perdidas, todos los irapuatenses nos tendimos la mano, siendo solidarios unos con otros, no cabe duda que ese día fue una tragedia que marco a muchas familias”, finalizó.