
Irapuato, Guanajuato.- Un accidente y dos sitios involucrados: las colonias Europa y Primero de Mayo. En la colonia Europa, a un lado de los juzgados, un carro blanco contenía los cuerpos sin vida de tres personas. Los brazos de dos de ellos colgaban de las ventanas, pudiendo distinguirse a un hombre y una mujer; el hombre llevaba una camisa de vestir azul claro y de manga corta; la mujer una pulsera delgada y tatuajes alrededor del brazo.
Ahí, peritos se encontraban tomando muestras y Protección Civil en conjunto con los Bomberos trataban de remover las puertas con las llamadas “quijadas de la vida” para sacar a las víctimas.
Las personas habían sido identificadas y los familiares llegaron, en una crisis de desesperación, un hombre trató de llevarse al copiloto del vehículo y elementos de seguridad impidieron su cometido. Gritando y llorando, el familiar cayó al suelo, exigiendo ver a los involucrados en el impacto. Protección Civil trataba de calmarlo a él y a un policía que fue el primero que acudió a separarlo del auto y con quién el doliente desquitaba su frustración maldiciéndolo.
Las colonias fueron escenario del accidente que cobró la vida de 6 personas. A ambos hechos los unía el caos, la conmoción y el dolor. Las vialidades cerradas y el flujo lento de los vehículos contrastaban con la afluencia de gente que llegaba de varios puntos de la ciudad para ver la crudeza del impacto del tren, que arrasó con 4 vehículos a su paso.
La zona bajo el puente en la colonia Primero de Mayo, en el cruce con la avenida Mariano J. García fue prioridad para las autoridades y para los transeúntes que rodeaban la cinta amarilla que fue puesta dos veces para delimitar de manera inicial el sitio exacto del incidente y luego para ampliar la zona que impidiera el acceso a observadores; la escena era más escandalosa.
Material de construcción esparcido en la vía del tren y a un costado; lozas de concreto, bultos abiertos de cemento, varillas, malla perimetral y hasta un tinaco Rotoplas deformado por la colisión de una camioneta blanca que los transportaba. Frente a la puerta del conductor yacía el cuerpo sin vida de una persona cubierta con plástico azul del que sólo sobresalía su brazo sin ninguna seña que pudiera identificarla.
Protección Civil resguardaba el primer perímetro delimitado y personal de Policía Municipal vigilaba la segunda cinta. Gente de todas las edades se acercaba a tomar fotos y videos del hecho. Incluso padres llevaban a sus hijos como si se tratara de una función.
Al alejarse de los escenarios, los murmullos y especulaciones que cada vez perdían coherencia invadían las calles aledañas, así las cosas, durante el percance del tren.
