Huanímaro, Guanajuato. Maestra retirada Huanimarense oriunda de este municipio María Trinidad Cabrera ve con alarma que la autoridad de los maestros ha ido en declive, mencionó que en el momento en el que un profesor regaña a un alumno inmediatamente están los padres defendiendo a la criatura, y consideró que no cree que sea lo más conveniente para la educación de los niños.
La maestra Cabrera inicio su labor docente en el año de 1958 en una escuela particular que estaba en el municipio, posterior mente ingreso al servicio magisterial en 1969 y terminó su labor docente el año de 2006.
Frente al templo del centro allá por esos años de 1958 existía una escuela particular auspiciada por el párroco de ese entonces; él invito a la joven Trinidad a hacerse cargo de algunos niños que estaban inscritos en la escuela, mientras eso sucedía la maestra termino sus estudios normalistas en Guanajuato capital. Y ahí siguió dando clases hasta que el párroco murió.
“El padre que llegó en su lugar dijo que ya no había presupuesto para la escuela y terminó cerrándola”, Trinidad se vio en la necesidad de buscar otro lugar donde trabajar y fue así que llego a la escuela Constituyentes de este municipio en el año de 1969.
Recuerda que la escuela tenía otro nombre “Escuela Nacional” que fue en donde ella curso la primaria; el nombre se le cambio en el año de 1957 en honor a los constituyentes de 1857. Cuando yo entré como maestra recordó a su compañera María Soledad Zavala que fue una de las pioneras de esta escuela primaria.
Declaró que por sus aulas han pasado muchos huanimarenses, toda su carrera transcurrió en el municipio.
Recordó con entusiasmo que, habitualmente ella y sus alumnos participaban en la tradición del arreglo de los gitanos del día de San Juan, mencionó que todos los momentos que pasó con sus alumnos fueron importantes, señaló que ella no tuvo ningún problema con nadie, ni con directivos ni con padres de familia.
Presumió que ha sido galardonada con varios reconocimientos entre ellos el de 30 años de servicio al magisterio.
Recordó algunos de sus alumnos entre ellos al doctor Pancho, el doctor Miguel a Gerardo Ruiz a quien lamentablemente asesinaron, quien fue uno de sus primeros alumnos. También recordó a los alumnos traviesos, solo que, se reservó el nombre y apeló a que ellos bien saben quienes fueron y las travesuras que hicieron.
La maestra Trinidad se describe así misma como una maestra estricta “no traía un palo en la mano, pero no dejaba que se pasaran de la raya” recuerdó que a los alumnos peleoneros el castigo que les imponía por esta falta es que los dejaba abrazados por unos minutos, un día llegó una mamá y le preguntó que por qué esos dos están desde hacia rato abrazados, ella le contestó que pues si querían esta abrazados (peleando en el suelo) les daría gusto y los dejaba abrazados un buen rato. La mamá solo se rio del castigo aplicado por la maestra.
Otra anécdota de la profesora fue que a un niño le gustaba mucho jalarle la trenza a un de las niñas y un día el jalón fue tan fuerte que la niña calló de sentón, el castigo fue el siguiente “a ver, a ti te gusta mucho la tranza verdad, pues aquí te vas a sentar detrás de ella y le vas a tocar hasta que te canses” santo remedio, jamás volvió a jalar el pelo a su compañerita.
Otro de los castigos era sentarlo o sentarla con el sexo opuesto, “ese era el peor de los castigos para los niños y niñas”