Cuerámaro, Guanajuato
Desde restaurantes con mesas y personas comiendo en su interior, cueramarenses sentados en el jardín principal, hasta aglomeraciones en casi todos los negocios, forman parte de la singularidad de Cuerámaro, donde al parecer “no existe el coronavirus o definitivamente no creen”.
Afuera del Mercado Miguel Hidalgo, un grupo de elementos de Protección Civil y de Seguridad Públican ofrecen gel antibacterial a los automovilistas que pasan por este lugar, pero a su alrededor nadie o pocos traen cubrebocas, incluso están sentados en el jardín.
En Cuerámaro, la vida sigue de manera singular, aunque aquí hay 13 casos de transmisión comunitaria y cinco casos en investigación y la cifra sigue creciendo, el coronavirus se ha vuelto un mito o un escenario en el que no creen, pues no lo ven.
Aunque existe una “brigada” de “expertos” en las calles, pareciera que no voltean a ver lo que ocurre, pues a sus costados los pobladores andan como si nada, inclusive van y los saludan como buenos amigos y conocidos, es decir, todos se acompañan en este proceso de un virus que al parecer no es letal.