Guanajuato.- Si Norma Gámez, dueña de la casa llamada “El balcón de Ana” y los fotógrafos ambulantes que laboran en la zona no llegan a un acuerdo, el gobierno municipal acudiría al Gobierno Estatal para expropiar la casa de Doña Ana o, incluso, también la de enfrente.
El presidente municipal, Alejandro Navarro, informó lo anterior, al intervenir por tercera vez en la pugna entre la dueña de la casa, que cerró nuevamente su local y colocó mantas negras con la frase “Murió la ley”, y los fotógrafos.
La mujer dijo que no abrirá de nuevo hasta que se garantice el cumplimiento de la ley. Navarro informó que el miércoles se reunirán con las partes afectadas en busca de una solución. De no haberla, se promovería la expropiación. Dijo que el gobierno municipal no puede expropiar, pero el Gobierno del Estado sí y a él se acudiría.
El director de Fiscalización, Gustavo Bück González, aseguró que tanto Norma Gámez Moncada como los fotógrafos que laboran en el Callejón del Beso tienen todos los permisos en regla.
Una leyenda modernizada
El Callejón del Beso se convirtió en espacio turístico en la década de los sesenta del siglo pasado. La leyenda de la pareja trágica, con una historia similar a la de Romeo y Julieta, fue parte de la ambientación en torno a la finca.
Fotos que datan de principio del siglo pasado muestran que la llamada Casa de Ana tenía balcón, pero la casa de enfrente era sólo una terraza. Años después se le construyó una habitación con balcón.
La tradición era que las parejas se besaran en el tercer escalón en el reducido paso del callejón hacia una parte alta de la ciudad. A finales del siglo pasado las personas propietarias de ambas fincas otorgaron permiso a los fotógrafos para sacar gráficas, a cambio de una colaboración.
Los propietarios decidieron ofrecer productos al turismo y hace dos años el tema se complicó porque la dueña del Balcón de Ana decidió también sacar fotografías.
Fue el origen de la confrontación con los fotógrafos, que alegan tener el derecho exclusivo a esa actividad.