México.- Llega una edad en la que todos queremos un descanso después de tantos años de trabajo y nos retiramos. Las prostitutas no son una excepción.
Aunque muchas de estas mujeres a lo largo de los años han hecho un patrimonio, desgraciadamente otras no corren con la misma suerte.
Daily Mail dio a conocer el caso de la Casa Xochiquetzal, la cual da apoyo desde el 2006 a prostitutas, la mayoría mayores de edad, retiradas del oficio más antiguo del mundo, ofreciéndoles servicios de salud, alimento y educación a aquellas que no cuentan con los recursos necesarios.
La Casa Xochiquetzal es una casa colonial de dos pisos asignada por el gobierno de la Ciudad de México, aquí las mujeres descansan y realizan diversas labores para mantenerse activas.
Al entrar se cuenta con un patio grande y en la segunda planta, una barandilla se asoma al patio y, tras las prendas colgadas para que se sequen, se ven las puertas de las habitaciones. Están distribuidas por grupos de tres, de forma que para entrar a las del fondo hay que pasar antes por otras dos. Hay también un salón para actividades.
Las ancianas prostitutas suelen presentar serios problemas psicológicos, frutos del maltrato y de sus condiciones de vida, como múltiples padecimientos físicos debidos a su dura profesión: problemas en rodillas, en tobillos, en cadera, en columna, enfermedades veneras, e incluso VIH.
Según Daily Mail, también se les apoya con atención psicológica a quien la necesite, así como atenciones médicas.
En esta historia relatan la de Norma, una residente de la casa, en entrevista para Univisión dijo que en la calle y los burdeles no hay lugar para prostitutas viejas debido al número de jovencitas que se comienzan a dedicar a este oficio.
Norma ha encontrado una nueva esperanza para ella, pues luego de haber sufrido una situación de salud delicada, no tenía a donde ir y fue ahí cuando Casa Xochiquetzal le abrió las puertas de manera desinteresada.
Otros casos que se pueden observar aquí son los de las mujeres que son abandonadas por sus familias, pues se afirma que muchas sufren del repudio de sus hijos debido a esta profesión.
Es por eso que muchas de ellas han mostrado su agradecimiento con los directivos del lugar, debido a la nueva vida que llevan.