Por Esaú González
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Pénjamo, Guanajuato
El gobierno municipal en Pénjamo, hasta el momento en la zona en la que se encuentra pudiera considerarse como los más “vapuleados” por las constantes acciones que van en detrimento de sus funciones.
En Pénjamo, Jacobo Manríquez Romero, que apenas logró ganar a Erandi Bermúdez Méndez la presidencia municipal con la cantidad de mil votos, no ha logrado “cuajar” un equipo sólido y que realmente destaque.
Entre jóvenes inexpertos y “viejos colmilludos”, Manríquez Romero, al menos en lo que se dice de manera no oficial es que su trabajo ha dejado mucho que desear, por ejemplo, la salida del director de Desarrollo Económico, Benjamín Chaveste a España a la fecha se pudiera decir que sólo fue un “viaje de placer”.
La integración de la dirección de Planeación por Roberto Razo, un joven que era un “experto” en redes sociales con el extinto Juan Ignacio Torres Landa, no se conoce realmente en que ha trabajado, pues su “obra maestra” que era el plan de ordenamiento, al parecer era un plagio de otro plan de trabajo en otro Estado.
De deportes, desarrollo social, agua potable, desarrollo agropecuario, casa de la cultura, secretaría particular, secretaría del ayuntamiento, tesorería, fiscalización, seguridad pública, se pudiera decir que han tenido un accionar gris, algunas otras ni se escuchan.
Algunas dependencias sólo han mostrado conflictos como por ejemplo la salida del subtesorero; la de la directora de la casa de la cultura y las constantes declaraciones del encargado de la seguridad que distan mucho de lo que realmente se concibe y es palpable a los ojos de la población.
Jacobo Manríquez, habla de millones de pesos en atracciones, obras y deudas que le dejó la administración del panista Eduardo Luna Elizarrarás, aunque poco o nada se le atribuye a su administración, donde la carretera en la sierra, hospitales, escuelas u obras magnas no han llegado.
Ha pasado un año y ni ha pagado los adeudos de su antecesor y tampoco ha llevado a cabo un plan de trabajo mesurado y con respuesta, sólo se observan obras medianeras y futurismos de lo que parece ser el otro Pénjamo que los penjamenses quisieran vivir.