Pénjamo, Guanajuato.- Miguel Zaragoza Alcalá a sus 57 años, es un comerciante originario de Pénjamo, el cual lleva 38 años haciendo sus tortas para el disfrute de todos los penjamenses.
En 1985, Miguel comenzó a vender tortas en las inmediaciones del Conalep, durando 18 años fue quien les vendió tortas a los alumnos, para después colocar su puesto en la avenida Santos Degollado esquina Colegio Militar.
Es importante mencionar que Abel, hermano de Miguel, inicio con el negocio de las tortas, lamentablemente falleció, pero Miguel decidió continuar con el legado de su hermano.
Desde 1985 inicio en este comercio y para el penjamense lo más bonito ha sido tratar con la gente, platicar con sus clientes, “aquí he conocido mucha gente gracias a Dios y con todos han sido experiencias muy agradables, desde mis clientes más leales hasta los nuevos, todos son valiosos”, relató.
El penjamense todos los días se levanta a las 5:30 de la mañana para preparar algunos alimentos, llevar al carrito de tortas a su punto de venta, ir a comprar lo que se necesite, trabajar, posteriormente cierra, se lava todo y a preparar lo del día siguiente.
“Lo que caracteriza a mis tortas, yo creo que es la calidad, el sabor, el precio y el trato que se les da a los clientes porque aquí nos gusta que se sientan como en su casa”, explicó.
Miguel mencionó que en algunas ocasiones ha pensado en “tirar la toalla” y dejar a un lado el trabajo como comerciante por lo demandante que es y el cansancio que le genera, pero luego recuerda quien lo comenzó y las satisfacciones que le ha dado el negocio que se vuelve a levantar.
El comerciante dijo que le gustaría que sus hijas continuaran con el negocio el día que el ya no estuviera en este plano terrenal, pues el amor y el esfuerzo invertido, quiere que siga dando frutos a sus hijas y nietos.
“Yo les quiero decir a mis clientes que muchas gracias por la preferencia, por su paciencia y su cariño de todos”, concluyó.