Pénjamo, Guanajuato.- En este mes del orgullo, Renato Moreno, un exitoso diseñador de imagen de Pénjamo, cuyo nombre real es Juan Carlos, comparte un poco de su historia como miembro de la comunidad LGBTQI+.
Renato explicó que su nombre surgió como símbolo de aceptación personal y renacimiento. “Cuando decidí que Juan Carlos terminaba y Renato comenzaba, supe que no era diferente ni especial, simplemente tengo cualidades distintas. Al igual que muchos otros, he pasado por experiencias difíciles en mi familia y en la sociedad. Pero cuando decides liberarte del dolor que has estado llevando, resurge el ave fénix”, relató.
Desde temprana edad, Renato soñaba con ser estilista, pero en su entorno familiar no veían bien que un hombre se dedicara a ello. Sin embargo, al superar el temor al “qué dirán”, ha dedicado más de 15 años a la industria de la belleza, preparando a reinas de belleza y luchando por los derechos de la comunidad LGBTQI+.
“Cuando era niño, era muy introvertido. Vivía en un hogar donde la homosexualidad no era aceptada ni siquiera como tema de conversación. Tuve una infancia difícil debido a la falta de aceptación, especialmente por parte de mi madre. Pero a veces las cosas deben ser difíciles para que luego se aprecien”, compartió.
Renato recalcó que no se arrepiente de nada de lo vivido, ya que todo lo ha moldeado en el hombre que es en la actualidad. A medida que crecía, se dio cuenta de su orientación sexual y encontró la felicidad en ser quien realmente es. “No es que quisiera ser mujer, sino que no entendía por qué era gay en mi niñez”, explicó.
Uno de los momentos más significativos para Renato fue cuando su familia dejó de verlo como un chico homosexual o gay, y comenzó a verlo simplemente como un hijo, un hermano, un sobrino. Fue un momento en el que todo trascendió.
“Respetemos. Aunque no estemos de acuerdo con las ideas de los demás, permitamos que la gente viva como desee, sin recurrir a la violencia, y permitamos que todos vivamos en armonía y paz”, concluyó.
La lucha de Renato la vive día tras día y continuará hasta que las nuevas generaciones no tengan que sufrir lo mismo que él y muchas otras personas han pasado. El penjamense busca que la sociedad comprenda la igualdad y el respeto en todo momento. Aunque reconoce que Pénjamo sigue siendo una ciudad machista, seguirá trabajando para que la comunidad pueda vivir en paz.