Hay fotos que para conseguirlas como se desea cuestan años de preparación para ser capturadas. Como la de un pájaro entrando en el agua sin salpicar, que le costó a su autor más de 720 mil disparos y más de cinco años de trabajo. Pero hay otras que salen a la primera y no requieren ningún tipo de esfuerzo: tan sólo sacar la cámara en el momento preciso.
Como por ejemplo una graciosa foto tomada por los hermanos canadienses Michael y Neil Fletcher. Cuando el pasado fin de semana se encontraban cazando al norte de la provincia de Ontario, descubrieron en el suelo un águila desplomada. En un principio creyeron que estaba herida, pero rápidamente descubrieron que sólo estaba atrapada por unas ramas. Tras liberarla, sacaron una foto que muchos han llamado “la selfie del año”.