Tasha Hatcher es una mujer estadounidense de 35 años, ha sido detenida en la localidad de Glen Rose (Texas, Estados Unidos) tras descubrirse que había metido a su hija de dos años en el horno como método de castigo.
La pequeña, que probablemente quede desfigurada de por vida, sufre quemaduras de tercer grado en la cara. Actualmente su estado de salud es estable dentro de la gravedad y está continuamente sedada a causa del tremendo dolor que sufre. Se encuentra ingresada en el hospital Texas Health Harris Methodist, y cuando salga del centro las autoridades locales se harán cargo de ella para buscarle una familia más adecuada.
La madre por su parte se encuentra encarcelada a la espera de juicio. Poco se sabe de las circunstancias del ataque: los familiares de Hatcher avisaron a la Policía el pasado jueves tras descubrir a la mujer introduciendo en el horno a su hija, a la que rescataron con heridas por todo el cuerpo y con la cara quemada.
La detenida es madre soltera y trabaja como limpiadora en el hotel Quality Inn and Suites and StoneWater Church, situado en Glen Rose. También tiene un hijo, pero se desconoce si tiene la custodia. Según un amigo, la mujer “es una madre atenta y cuidadosa”. Está acusada de intento de asesinato y el juez ha fijado una fianza de 300.000 dólares (unos 280.000 euros).