Pueblo Nuevo, Guanajuato.- Luego de 11 días de fiesta, diversión y unión familiar, los neopoblanos clausuraron con saldo blanco su máxima fiesta patronal, una fiesta que año con año se celebra en honor a la Virgen de la Candelaria y que es considerada cómo “la fiesta que une corazones” al recibir a cientos de migrantes que regresan a su tierra en estas fechas tan especiales, para compartir y disfrutar en armonía con sus familias.
Miles de neopoblanos y personas de otros lugares de México y el extranjero, bailaron y disfrutaron del color, el folclor, la gastronomía y la tradición del pueblo neopoblano, un municipio que conserva la identidad y las costumbres del pueblo de corazón fiel, de alma alegre y piadosa, una descripción adscrita en el escudo de armas que los representa.
Desde el 24 de enero y hasta el 3 de febrero, las personas disfrutaron de diversas actividades culturales, religiosas y musicales en un ambiente de armonía, unión y solidaridad, demostrando una vez más que los neopoblanos se caracterizan por ser excelentes anfitriones.
La fiesta de la Candelaria y Feria de la Olla, tiene sus orígenes desde años remotos y es considerada una de las fiestas más importantes en el Estado, por la gran afluencia de gente y los espectáculos que se presentan en ella.
El gobierno municipal que encabeza Larisa Solórzano Villanueva, no dejó pasar ningún detalle para que esta edición 2018 se disfrutará en total tranquilidad y sobre todo, para conservar la tradición que por muchos años ha generado identidad y pertenencia para todos los neopoblanos.
En la clausura de este magno evento, estuvo presente la Sonara Dinamita abarrotando el jardín Hidalgo y poniendo a bailar a todo aquel que se encontraba presente.
En el tradicional baile de la Olla, la unidad deportiva albergó a cientos de personas que disfrutaron y bailaron al son de la Trakalosa de Monterrey.
Historia de la Fiesta de la Olla
Es importante mencionar que a partir del 24 de enero y hasta el 2 de febrero es la fiesta de la Candelaria y el 3 de febrero es la feria de la Olla y su nombre redunda en que en tiempos pasados las mujeres solían caminar por los lugares en donde vendían ollas de barro de ahí el nombre de la Feria de la Olla, fue entonces cuando a partir de 1965 un grupo de amigos compraron una olla de barro donde vaciaron bebida para compartir y regalar a las personas que se acercaban. Posteriormente este grupo de amigos se separó y esta tradición se dejó de hacer por un tiempo. Fue hasta 1975 cuando unos amigos del Grupo de Futbol de los Rebeldes integrado por el Dr. Jaime León, el Profesor Roberto, Pancho Jaramillo y el maestro Ismael Regalado, retomaron nuevamente esta tradición e impusieron algunas reglas para que no se saliera de control el consumo de esta bebida, entre las cuales: toda persona que quiera probar deberá traer una Olla de barro, deben tener 18 años, y el consumo debe ser controlado, es decir, no se sirve a personas que estén en estado de ebriedad. La bebida que se regala en este 3 de febrero consta de tequila, jugo de piña, y refresco squart.
El maestro Ismael, mencionó que la olla que se tiene actualmente data desde la Revolución Mexicana y tiene capacidad para 90 litros de líquido, la cual se rellena 2 veces durante el día.
