El video de la autopsia de Colosio, un secreto de Estado

Fueron cinco los médicos especialistas en medicina forense que realizaron la autopsia al cadáver de Luis Donaldo Colosio Murrieta. Determinaron que la causa de la muerte fue una herida por proyectil de arma de fuego perforante de cráneo. Explican que la lesión que recibió el candidato presidencial en el abdomen no “interesó” ningún órgano vital, sino que fue “en sedal”, es decir, solamente dañó “piel, tejido celular subcutáneo y músculo exclusivamente, sin penetrar a cavidad”. Se aprecia cómo los especialistas miden el orificio de entrada y de salida del proyectil.

Durante años el gobierno de México logró mantener la existencia de este video en completo secreto. Era, si acaso, un rumor.

En él se observa a los médicos y al menos dos peritos en fotografía y dos videocámaras, quienes registran paso a paso los lugares donde se alojaron los proyectiles de arma de fuego. El perito en fotografía Rubén Filorio Lair señaló en su momento a la Procuraduría General de la República (PGR) que durante la necropsia su trabajo se vio obstruido por la cantidad de gente presente. Se vio impedido para tomar fotografías desde mejores ángulos y para usar la reglilla milimétrica.

Una en la cabeza y otra en el abdomen.

Al correr el video se observa cómo los investigadores analizan la trayectoria de las dos heridas de arma de fuego que presenta el cuerpo de Colosio.

Durante la autopsia dan a conocer los detalles de la trayectoria de las balas que salieron del cañón del revólver calibre .38 especial.

Ambas atraviesan el cuerpo del entonces candidato a la presidencia de la República.

Se escuchan los análisis que los investigadores le realizan a las ropas del sonorense, como esa chamarra Burberry que en algún momento fue blanco ostión y que vestía en su último discurso.

Sobre la plancha de cemento se ve el cuerpo boca arriba de Luis Donaldo Colosio.

Los investigadores en medicina forense primero analizan el cráneo, el cual fue dañado severamente. Y cómo la bala pasó por la masa encefálica.

A casi 25 años del magnicidio se hacen públicos además varios videos del mitin de Lomas Taurinas desclasificados por la PGR.

La mayoría de las grabaciones fueron solicitadas por la OEM a través del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai). Se hacen públicas distintas tomas de su último discurso hasta hoy inéditas, la llegada a Tijuana, las horas de caos en el hospital, la detención de Mario Aburto, su traslado y detalles de la colonia Lomas Taurinas.

El videocassette hasta ahora no conocido públicamente de la autopsia del candidato llegó a la redacción de El Sol de México unos días después de que dimos a conocer el “Atentado a Lic. Colosio”, una grabación que solicitamos a la PGR a través del Inai y que fue desclasificada en octubre del año pasado. Se trata de la pieza identificada como “BTC 01” en los archivos del gobierno que hicimos pública en diciembre de 2018.

“Nosotros no le tememos a la competencia política, lo que sí rechazamos es la incompetencia política”, dijo Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato del PRI a la presidencia de la República, la tarde del 23 de marzo de 1994, en su último discurso en Lomas Taurinas.

Ésa, una de las últimas frases que gritó el político priista, forma parte de los 13 videos desclasificados por la Procuraduría General de la República (PGR), grabaciones resguardadas bajo llave durante casi 25 años.

Colosio llegó a Tijuana en un jet, descendió y saludó desde la escalera. Ya lo esperaba mucha gente, tanta que doblaban las rejas para acercarse. Encabezaba las encuestas, se sabía más fuerte que Diego Fernández de Cevallos, del PAN, y Cuauhtémoc Cárdenas, del PRD. Se arremolinaban a su alrededor, querían tocarlo, hablar con él, pedirle algo. Su equipo de seguridad no podía contenerlos. “¡Orden!.. ¡Orden!”, gritaban ansiosos. Les costaba abrirle paso para que abordara la camioneta.

Un joven logra atravesarse en su camino y empieza a decirle antes de que lo arrastren a otra parte: “Señor Colosio esto es resultado de la poca vergüenza y de la falta de sensibilidad humana del gobernador del estado (Ernesto Ruffo Appel) y del presidente municipal de Tijuana (Héctor Osuna Jaime)”. Reclamó entre el tumulto de escoltas que cuidaban al ex secretario de Desarrollo Social (Sedesol). Se refería a información que movía en sus manos, un folder amarillo recibido por el aspirante presidencial.

“Un joven fue herido en la colonia Castillo (de Tijuana) por un policía municipal, cuando fuimos a solicitar un médico el día del informe nos sacaron a golpes y nos mandaron al hospital”, gritó el ciudadano al político del PRI, quien mantuvo sus pasos firmes entre arengas. Sabía quitarse las manos de encima, a las señoras que le tomaban el brazo, a los que querían audiencia, a los que se atravesaban para abrazarlo. Miraba hacia algún punto y levantaba la mano saludando de pronto hacia otro lugar para escapar.

El destape del economista del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) como candidato presidencial se dio el 28 de noviembre de 1993 con todo el respaldo de Fidel Velázquez, secretario general de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), y Hugo Andrés Araujo, líder de la Confederación Nacional Campesina (CNC).

A Fernando Ortiz Arana, presidente del PRI, le tocó informar que el Comité Ejecutivo, sus sectores agrario, obrero y popular, la coordinación de la mayoría priista en las Cámaras de Diputados y Senadores, las organizaciones femenil y juvenil, el Movimiento Territorial Urbano Popular y el presidente del PRI en el DF apoyaban a Colosio como precandidato a la presidencia de la República.

Su nombramiento como aspirante presidencial generó suspicacias al interior del PRI, ya que dejó en la orilla al regente del Distrito Federal, Manuel Camacho Solís, quien era el personaje del momento y el hombre que todos pensaban iba ser el elegido, quien además no se pronunció ni dio comentario ese día a favor de Colosio ni lo visitó en las instalaciones de la Sedesol.

Otros funcionarios y priistas como Jaime Serra Puche, secretario de Comercio; Pedro Aspe, secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP); Ernesto Zedillo, secretario de Educación (SEP); Emilio Gamboa, secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), y Emilio Lozoya Thalmann, secretario de Energía (Sener), sí avalaron abiertamente la candidatura de Colosio.

La “cargada” fue en favor de Colosio y México supuestamente caminaba hacia la modernidad y prosperidad con la puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Aunque la mañana del 1 de enero de 1994, en Chiapas el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) declaró la guerra en contra del gobierno de Carlos Salinas de Gortari.

“Un gobierno responsable es aquel que sirve a todos, sin distingo de partidos políticos, un gobierno responsable es el que está cerca de la gente, un gobierno responsable es el que escucha y el que atiende el reclamo popular”, manifestó Colosio Murrieta en su último discurso.

Los militantes priistas escucharon el playlist de la Banda Machos, quien en esa época sonaba en la radio y era del gusto de una gran parte de la población mexicana, ya le gustaba también a Colosio. Antes de iniciar el mitin se escuchaba Un indio quiere llorar, No soy monedita de oro y La culebra. Esa música también había servido para ambientar en otros eventos, especialmente en Iztapalapa.

“Ese es el gobierno responsable que los priistas queremos encabezar. Por eso quiero ser presidente de México y por eso es que los invito a que marchemos juntos, a que trabajemos juntos para ganar la presidencia de México”, comentó Colosio Murrieta.

Luis Donaldo manifestó que quería encabezar un gobierno sensible a los reclamos y a la demandas de las comunidades, de los barrios, de las colonias pobres.

“Sé de los retos que se enfrentan en estas colonias populares de Baja California y de Tijuana, pero lo que también sé y eso lo he aprendido de ustedes, es que con unidad y con esfuerzo conjunto y con la suma de voluntades no hay obstáculo que no podamos vencer”, agregó. “Quiero ser presidente de México para estar cerca de las colonias populares de Tijuana y de Baja California”.

El candidato, quien evitó durante unos 10 minutos de discurso mencionar el nombre de su partido, cerró con un último mensaje: “¡Que viva Baja California, que viva Tijuana, que viva la organización popular, que viva el PRI, que viva México!”.

La campaña de Luis Donaldo Colosio duró exactamente 75 días.

Su camino por la silla presidencial comenzó el 10 de enero de 1994 en Huejutla, Hidalgo. Los asesores del candidato planearon una gira por toda la República Mexicana.

El nativo de Magdalena de Kino, Sonora, Luis Donaldo Colosio Murrieta, llegó aquel 23 de marzo de 1994 a las 16:05 horas al aeropuerto Abelardo L. Rodríguez de Tijuana, pues estaba todo listo para continuar con su campaña en la popular colonia Lomas Taurinas. Tras bajar del avión, se dirigió a este lugar, donde ya era esperado por miles de priistas que impulsaban su candidatura.

En el video se observa cómo Luis Donaldo Colosio era arropado por hombres y mujeres y como después de su discurso, a las 17:08, baja del templete y se dirige a pie a su camioneta rodeado por una reducida escolta personal.

A las 17:12 de aquel 23 de marzo de 1994, el candidato caminaba en la explanada rodeado de la multitud y ahí, apareció un hombre, quien, al tenerlo cerca, puso el cañón de un arma de fuego tipo revolver calibre .38 cerca de su oreja derecha y le disparó.

El personal de seguridad cubrió el cuerpo de Luis Donaldo y, en medio de la confusión, auxiliaba al candidato y buscaba la forma de sacarlo para llevarlo a su camioneta y trasladarlo de emergencia a un hospital.

Al mismo tiempo, otros elementos detuvieron a un hombre que fue señalado como el que le disparó al candidato y quien después se dijo era Mario Aburto.

En las imágenes se puede observar cómo la misma gente que estaba en el mitin político electoral, se abalanza contra el agresor de Luis Donaldo, incluso lo golpea con el puño cerrado. Casi arrastras es llevado a un vehículo para ser trasladado a las instalaciones de la Procuraduría General de la República en Baja California.

Al mismo tiempo y de emergencia, Luis Donaldo Colosio es ingresado a las 17:20 horas de aquel 23 de marzo de 1994, al área de urgencias del Hospital General de Tijuana y a las 18:55 horas, el personal médico de ese hospital da a conocer que el candidato del PRI a la presidencia de la República ha fallecido.

A casi 25 años del magnicidio, aún se mantiene la hipótesis del asesino solitario, Mario Aburto Martínez, continúa en prisión, pues un juez le dictó una sentencia de 45 años por el delito de homicidio en agravio de quien fuera candidato a la Presidencia de la República.

Al ponerle play al videocassette VHS se observan peritos en fotografía, video, criminalística, balística y medicina forense.

Se observa cómo de manera meticulosa analizan el cuerpo del sonorense.

En el video se ve y escucha la explicación y, establecen las trayectorias de los dos proyectiles de arma de fuego.

Explican que en la “cavidad craneana el trayecto del proyectil de arma de fuego es de derecha a izquierda ligeramente de atrás hacia adelante y discretamente de abajo hacia arriba”.

También señalan que “la herida por proyectil de arma de fuego localizada en el abdomen lesionó piel, tejido celular subcutáneo y músculo exclusivamente, sin penetrar a cavidad con un trayecto de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo discretamente”.

Los especialistas en medicina forense que le realizaron la autopsia de Ley al entonces candidato a la Presidencia de la República por el PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta, analizan minuciosamente el cráneo, el cual sufrió fracturas múltiples por las que la estructura ósea quedó polifragmentada.

Describen que la trayectoria del proyectil de arma de fuego provocó a su paso lesiones cerebrales múltiples, particularmente en las regiones temporales, frontales y parietales, con hemorragia subaracnoidea difusa.

Además, se aprecia en el video que el cuerpo de Luis Donaldo Colosio presentaba marcas causadas por intervenciones de los médicos que trataban de salvarlo.

Narran que la herida que privó de la vida a Luis Donaldo Colosio fue el disparo que recibió en la cabeza.

“El orificio de entrada del proyectil se localiza en el hueso temporal derecho con un diámetro de 9 milímetros, y además de ese lado se produjo una pérdida ósea (…) por una cranectomía descompresiva y de donde parten tres líneas de fractura: una hacia la bóveda craneana que pasa por la sutura interparietal hasta llegar al temporal izquierdo”.

“De ésta, se desprende un trazo hacia adelante que llega hasta la región supraorbitaria izquierda, y otra hacia atrás que llega hasta el peñasco temporal y que se continúa por la base craneana, atravesando la silla turca para terminar en el peñasco temporal izquierdo”.

Continúan:

“Hay además trazos de fracturas múltiples que interesan a múltiples regiones. Por el piso craneano anterior que interesan ambas alas del esfenoides y que llegan hasta ambos techos orbitarios, incluyendo la lámina cribosa del etmoides”.

Confirman:

“Por el piso craneano posterior, otras derivaciones llegan hasta el occipital y se continúan con ramales de la fractura temporal descrita anteriormente. De lo anterior es dable deducir que el cráneo sufrió fracturas múltiples por las que la estructura ósea del mismo quedó polifragmentada”.

  • Con información de la OEM
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