
Irapuato, Guanajuato.- Desde hace más de cuatro décadas, la Cabalgata de Reyes Magos en Irapuato no solo ha recorrido las calles de la ciudad, también ha tejido una historia de constancia, fe y trabajo comunitario. Al frente de esa travesía se encuentra Rafael Alfaro Arredondo, un hombre que, sin proponérselo, se convirtió en uno de los principales pilares de una de las tradiciones más queridas y reconocidas del municipio.
“Pues la verdad no, no lo pensé”, confiesa el doctor al recordar el momento en que aceptó la responsabilidad de dirigir el patronato de la Cabalgata de Reyes. Nunca imaginó llegar tan lejos, ni permanecer tantos años al frente. Sin embargo, el peso de la tradición y el amor por los niños y por Irapuato lo convencieron de continuar. “Yo considero que esto ya es una tradición de nuestra querida ciudad y no podemos claudicar”, afirmó.
El doctor Alfaro asumió la dirección alrededor de los años 80, cuando la cabalgata apenas tenía algunos años de haberse iniciado. En aquel entonces, se trataba de un esfuerzo modesto, casi improvisado. Él ya participaba desde los primeros comités, como un integrante más, colaborando en lo que se podía, sin imaginar que con el tiempo asumiría un papel central.
La idea de la cabalgata surgió de manera sencilla, casi familiar. Un grupo de amigos y sus familias retomaron una tradición que, según relató el doctor, venía de historias compartidas por su hermana sobre lo que hacía su padre junto con otros amigos. Así nació la iniciativa. El primer año, los Reyes Magos recorrieron la calle Guerrero en un vehículo destapado, sin avisar a nadie. “La gente decía: ‘ahí van los Reyes, ahí van los Reyes’”, recordó. Ese asombro fue la chispa que encendió todo. “Para el otro año vamos a agrandar esto un poquito”, se dijeron, y así, año con año, la cabalgata fue creciendo.

Hoy, aquella aventura espontánea contrasta con la magnitud del evento actual, que moviliza a más de 500 personas y requiere una compleja coordinación. “Sin la colaboración del municipio no se puede”, reconoce el doctor Alfaro. Dependencias como Policía, Tránsito, Protección Civil y Servicios Municipales participan activamente, al igual que transportistas y sociedad civil, que aportan su granito de arena para que la magia llegue a miles de familias.
A lo largo de 51 años, las dificultades no han faltado. El doctor dijo que, uno de los momentos más tensos fue cuando un camión se atoró en a la salida del recorrido, impidiendo que ningún vehículo pudiera salir del área de arranque de la cabalgata, de eso hace un par de años. “Yo estaba desesperado, al punto de que me diera un infarto”, confesó, pues la multitud ya estaba ansiosa de ver el desfile, pero el camión impedía el paso; sin embargo, como si la magia de los Reyes Magos existiera, en el último intento el vehículo fue liberado y la cabalgata pudo continuar. “Eso nos da a saber que los Reyes Magos existen”, dice con una sonrisa.
La Cabalgata de Irapuato ha alcanzado un reconocimiento que traspasa fronteras. Para el doctor Alfaro, hoy se encuentra entre las más importantes del mundo, al nivel de la de Madrid. Incluso, aseguró, hay quienes prefieren la de Irapuato. “Allá habrá más tecnología, pero aquí hay calidez, hay alegría, hay animales en vivo, y eso les gusta mucho”, señaló.

Con los años, el cansancio también se hace presente. El doctor Alfaro es consciente de que el relevo debe llegar. No se aferra al cargo; al contrario, desea que quienes continúen superen lo logrado hasta ahora. “Espero que llegue el relevo y que nos sea mejor, que nos superen”, expresó. Ya hay uno o dos perfiles en preparación y, cuando llegue el momento, el cambio se dará con acompañamiento.
Mientras tanto, el doctor Alfaro sigue al frente, cuidando una tradición que nació sin permisos ni reflectores y que hoy es orgullo de Irapuato. Una cabalgata que, más allá de luces y carros alegóricos, sigue llevando ilusión, esperanza y alegría a generaciones enteras.