El gobierno federal arrancó una estrategia contra la obesidad y la diabetes que contempla una inversión superior a los 100 millones de pesos, y en la cual no se cederá a la industria de alimentos la posibilidad de autorregularse, sino que tendrá que mostrar, en etiquetados sencillos, desde la carga calórica de sus productos procesados, como bebidas azucaradas, pastelillos y botanas, hasta el retiro de publicidad engañosa sobre supuestas cualidades nutricionales.
A pesar de que ya se implementan acciones contra la obesidad y prevención de la diabetes, no se ha detallado el nombre de la campaña, ya que la dará a conocer en las próximas semanas el presidente Enrique Peña Nieto, como parte de sus políticas públicas enfocadas a reducir los riesgos metabólicos que se están convirtiendo en un severo problema económico y de salud pública.
La Secretaría de Salud expuso ante legisladores e industriales que la epidemia de obesidad constituye un factor de riesgo para desarrollar enfermedades crónico-degenerativas, diabetes mellitus, cardiacas e hipertensivas, dado a que siete de cada 10 mexicanos tienen sobrepeso u obesidad, lo que se contribuye a cerca de 200 mil muertes al año y genera un gasto que en una década superará los 150 mil millones de pesos; actualmente es de 27 mil millones para tratar complicaciones.
Esta estrategia fue lanzada por SSA, en conjunto con la Secretaría de Educación Pública considerando que en México, según la Encuesta Nacional de Salud 2012, 7 millones de personas refirieron haber sido diagnosticadas con diabetes; se estima que la cifra podría llegar a 10 millones, ya que muchos ignoran que padecen la enfermedad.