Abasolo, Guanajuato.- Miguel Ángel Hernández, un joven florista desde hace más de 12 años, mencionó los desafíos enfrentados actualmente debido a las altas temperaturas y cómo los negocios se adaptan para preservar las flores.
En medio de las altas temporada que se viven en el estado de Guanajuato, el trabajo de los floristas se ha vuelto más desafiante que nunca, debido a los climas extremos. “Año tras año, el calor parece intensificarse”, comenta Hernández, de 23 años de edad. “Esto ha tenido un impacto directo en nuestro trabajo, especialmente en el cuidado de las flores y el follaje”.
El florista mencionó que, las altas temperaturas están acelerando el proceso de marchitamiento de las flores, lo que requiere un cambio más frecuente del follaje y una atención especial para mantener las flores frescas. “Anteriormente, podíamos regar los arreglos unas 5 veces al día, pero ahora, con el calor extremo, nos vemos obligados a regar de 8 a 10 veces para asegurarnos de que las flores no se marchiten”, explica.
Para combatir el calor dentro de los establecimientos, varios negocios han optado por cerrar sus locales con plástico y aumentar el uso de ventiladores para mantener un ambiente fresco. Además, se ha vuelto importante utilizar agua fresca para regar las flores, ya que el agua caliente acelera el proceso de deshidratación de las mismas.
Entre las flores más afectadas por las altas temperaturas, Hernández destaca las rosas y las gerberas. “Las rosas han reducido su vida útil, y las gerberas son especialmente sensibles a la deshidratación”, dijo Miguel Ángel.
El fenómeno hace que los floristas, ajusten sus técnicas y procesos para garantizar la calidad de sus productos.
