Irapuato, Guanajuato.- José Luis Herrera dejó la venta y ajuste de seguros, para después tener un trenecito en el centro de la ciudad y ahora fabrica y comercializa postres.
Aprendió a hacer postres de su padre que era panadero “él me enseñó a preparar estos deliciosos postres” siguiendo las recetas de su padre. “No me quedan tan buenos como los de mi padre, pero se acercan mucho”, señaló el repostero,
Toda la vida laboral de José Luis se dedicó a ser ajustador de seguros en diferentes empresas, pero al llegar la pandemia y al tener una edad cercana a los 60 años la empresa en la que trabajaba le rescindió el contrato, por lo que se vio en la necesidad de buscar alguna forma de subsistir.
En su familia siempre le chuleaban los postres que preparaba y llevaba a las reuniones, así que un día se le ocurrió comenzar a vender esos deliciosos postres y fue así que comenzó a ofrecerlos.
Los puntos de venta de José Luis se encuentran en diferentes partes de la ciudad, puede ser el centro, algunas gasolineras, o recorriendo las calles de Irapuato. mis clientes quedan muy satisfechos con el sabor de los postres, una vez que prueban siempre repiten”, agregó José Luis que la venta es variable “En un buen día se venden alrededor de 50 postres, y uno malo solamente 10”.
Antes de dedicarse a los postres, José Luis tenía un trenecito turístico que paseaba a las personas por el centro histórico de la ciudad, pero en una administración que tuvo la ocurrencia de meter un turibus al repostero le retiraron la concesión y tuvo que vender el trenecito.