Irapuato

Jardín Hidalgo, un lugar con una gran historia

Por Axel Chávez

Irapuato, Guanajuato

Ubicado en el centro histórico de la ciudad de Irapuato, por lo que adquiere el nombre de jardín principal o Hidalgo, el cual ha tenido gran historia en los últimos dos siglos por ser sede de muchos acontecimientos, así como era lugar en donde los irapuatenses se reunían y disfrutaban con su familia.

De acuerdo al libro “Datos de Irapuato”, consultado en museo de la ciudad, es un jardín que data del siglo XIX, en donde a pesar de las constantes remodelaciones, se ha tenido siempre la esencia de jardín Principal.

Durante el siglo 1800 perteneció a los monjes del convento Franciscano, su delimitación era desde la antigua calle pípila (Hoy paso peatonal frente a Presidencia), hasta el antiguó convento (Hoy plaza del artista).

Pero una serie de sucesos basto para que en el año de 1890 el jardín fuera construido, así pues en el año de 1895 se pasó a retirar la puerta principal del antiguo convento, la  cual daba a la hoy calle Juárez, así como se creó la citada calle.

Se remodelo en el año de 1937 en cual se hallaba en él un reloj que fuera donado por el General Álvaro Obregón a su visita a la ciudad. El mencionado reloj se encontraba en la cima de una bella torre. Así como también al centro de la plaza tenía un kiosco estilo francés que adornaba el lugar.

Siendo estos dos desaparecidos en el año 1965, con la aplicación del “Plan Urbano Guanajuato”, propuesto durante el gobierno del Lic. Juan José Torres Landa, el cual consistía en remodelar la ciudad. El cual durante aquel plan se montó el actual kiosco, mismo que se coloco al centro del jardín.

No siendo hasta la administración municipal (86-88), en donde se erigió nuevamente la torre donde se colocaría el actual reloj, el cual es electromagnético y que cada 15 minutos estaría programado para emitir un sonido similar al Big-Ben de Londres, así como cada tres horas entonaría la canción “Tierra de mis amores”.  Situación que actualmente no se ve en el jardín Hidalgo.

Desde entonces es un espacio abierto a todas las personas, el cual aparte del reloj, está conformado por fuentes decorativas, sus laureles de la India, su kiosco y bancas que están en su alrededor.

Siendo que a pesar de los cambios que para bien o para mal tuvo el lugar, siempre se mantuvo en él, la tranquilidad que la ciudad necesita, en donde sentado sobre una banca de metal puedes disfrutar de lo grande que es Irapuato.

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