Pénjamo, Guanajuato.- El padre de Jaime era aseador de calzado y al momento de que el ya no quiso estudiar más, siguió el con la herencia; “Mi padre me puso mi cajón y mi banquito y me dijo, ahí está tu material, tú sabrás si lo conservas o no, como diciéndome aquí está tu parte de la herencia y la tome”, mencionó.
El bolear zapatos le ha dejado a don Jaime muchas satisfacciones una de ellas es el conocer gente y tener amigos que ya no están más en la ciudad y regresan a visitar a la familia y pasan a bolear sus zapatos.
Últimamente las cosas han empeorado mucho para los comerciantes con la pandemia y los boleros no se quedan atrás, el penjamense diariamente está sacando un aproximado de 60 pesos diarios y hay días que no sale ni un peso.
“Échenle ganas, no se desanimen y vamos a salir adelante, vengan a bolearse los zapatos conmigo” concluyó entre risas.