La cifra de muertos por una explosión en un ducto de la petrolera estatal mexicana Pemex en el centro del país aumentó a 107, mientras que otras 40 personas heridas permanecen hospitalizadas, informó este jueves la Presidencia.
El 18 de enero, un grupo de pobladores de Tlahuelilpan fracturó un ducto de hidrocarburo y empezó a sustraer, de una forma muy rudimentaria, la gasolina.
Tras unas dos horas, y pese a la presencia del Ejército mexicano, que poco pudo hacer para controlar la multitud de centenares de personas que se acercaron a recoger gasolina, se registró una fuerte explosión.
La fiscalía general de México dijo esta semana que en los próximos días llamará a declarar a funcionarios encargados de atender la enorme explosión del ducto.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que seguirá adelante con su plan para evitar el robo de combustible.
Desde que llegó al poder el 1 de diciembre, López Obrador comenzó un combate frontal al robo de hidrocarburos a través de los ductos de la empresa estatal Petróleos Mexicanos, el cual genera pérdidas millonarias a la compañía.
Para tal fin, se reforzó con miles de agentes la seguridad en los ductos y se transporta gasolina con pipas, lo que causó una crisis de desabastecimiento en 10 estados del país, con estaciones de servicio cerradas y compras de pánico.