Guanajuato, Gto.- El estado de Guanajuato es de centenaria tradición de barro: desde las culturas chupìcuaro y purépecha hasta las enseñanzas que en la Nueva España dejaran los evangelizadores, entre ellos Miguel Hidalgo y Costilla.
Elba Hernández Díaz viene de Durango y se involucró en un mundo de color a través de la cerámica y el barro tradicional. Discípula de Jesús Gallardo y Luis Nishizawa, su obra es también surrealismo, emoción y amor por la lucha de las mujeres.
Artista plástica y escultora, usa la cerámica como medio de expresión. Su más reciente obra, “Barro y color”, fue exhibida en 2023 en el Museo Gene Byron su obra “Barro y color”, en donde con coloridos cuadros surrealistas y relieves en arcilla mostró a las mujeres de Guanajuato, a la ciudad que eligió para vivir su jubilación.
Llegó a Guanajuato hace 23 años, procedente de Durango, donde –tras su jubilación como docente- empezó a ilustrar con dibujos obras de los escritores de esa ciudad.
Colaboró para una página cultural de un periódico de esa localidad y llegó a Guanajuato para definirse como pintora surrealista y expresarse también con el barro y la cerámica.
Parte de mi obra cerámica, explica, está en el Museo Nacional de la Muerte; es una colección de máscaras. Y añade:
“El barro es un material excelente para manifestarnos”. De ahí surge su propuesta:
“A los niños se les debe enseñar a amar el barro, porque Guanajuato es de barro y somos de tierra”.
Plantea que sean los artesanos del barrio de San Luisito, la zona alfarera de la ciudad, quienes enseñen a niños y niñas a manejar el barro y expresarse con ese material. Que sean maestros alfareros, no maestros convencionales improvisados, recalca.
La artista plástica prosigue:
“El color me ha dado muchas satisfacciones y en Guanajuato he desarrollado y mejorado mi trabajo gracias a Jesús Gallardo y Luis Nishizawa; ellos y otros maestros de la plástica mexicana fueron mis asesores”.
Le reconoce a Jorge Labarthe Ríos como titular del Instituto de Cultura del Estado de Guanajuato el haber creado talleres, con cuotas irrisorias, impartidos por grandes maestros de las artes plásticas.
Fue con ese proceso que la artista definió su estilo: cuadros surrealistas y en relieve, perspectiva del cuadro y del barro.
¿Cómo surge esta inquietud?, se le inquiere.
Indica primero que la obra expuesta es en torno a las mujeres. Muestra las que están en alto relieve, que son parte de una serie de más de 30 cuadros. Narra que los artesanos de San Luisito le ayudaron para la quema del barro y explica:
“Me inspiré en la mujer y en especial la de Guanajuato. Porque la mujer en Guanajuato es muy importante en el núcleo familiar. Ella educa, hace los alimentos, trabajo y atrae la economía; lleva el 90 por ciento del esfuerzo en el hogar y, además, es víctima de un machismo muy notorio”.
Evoca nuevamente el origen de su inspiración:
“Las admiré cuando las vi bajar del autobús; mujeres que tenían la edad que yo tengo ahorita (82 años), con tres o cuatro cubetas para vender sus chiles rellenos o su arroz. A ellas les dediqué las Mujeres Guanajuato”.
Abunda:
“Fui perfeccionando el color gracias a mis tutorías y llegué a tomar mi estilo que es totalmente surrealista, que es el mejor estilo que puede elegir un creador porque es la libertad para hacer lo que quiera y salir de lo establecido”.
Elba Hernández cuenta con un extenso número de exposiciones individuales y colectivas. Muchas de estas últimas han sido itinerantes como parte de una colección que por varios años se presentó en toda la República Mexicana. Su obra cerámica enmarcada se conforma de varios cuadros, donde las formas y texturas ofrecen sus propuestas originales dentro de un estilo abstracto y surrealista como lo es su trabajo pictórico y grabado.
