Un paseo por el tiempo…los campanarios

Irapuato calles chuecas, torres mochas, mujeres coquetas y hombres sin palabra…

Irapuato, Guanajuato. Por: Juan José López Luna. Fotos: ADP.

En los primeros tiempos de Irapuato, como pueblo civilizado, los conquistadores construyeron caseríos, haciendas y templos para la evangelización, siendo el primer lugar para rezar y adorar a Dios y todos los Santos el Hospitalito, que en realidad se llamaba Templo de nuestra Señora de la Misericordia de los indios tarascos y lo de hospitalito es porque al principio estaba un hospital adjunto, pero lo tumbaron y la capilla la hicieron templo…

bueno el caso es que también su campanario de cantera fue el primero de Irapuato…años después se construyó el Templo de San José…

pasado el tiempo fue creciendo el pueblo y por varios sitios las iglesias, así El Convento franciscano, La Tercera Orden, La Soledad, La Parroquia, Santiaguito, San Antonio, San Cayetano, Santuario de Guadalupe del centro y el Templo de Guadalupe del puente y Sagrado Corazón de Jesús…

pero algunos de esos templos como la Parroquia, El Convento y La Tercera Orden, tenían sus torres sin terminar y así estuvieron muchos años, por lo que la gente de aquí y los visitantes le llamaron; Irapuato calles chuecas, torres mochas, mujeres coquetas y hombres sin palabra, quedándose esto como un dicho muy popular por mucho tiempo

ya en la época moderna fueron concluidas las torres y dejó Irapuato de ser conocido por lo de torres mochas, aunque las calles siguen chuecas y un escarbadero por toda la ciudad…

Bueno como se señala arriba, con la evangelización de las gentes nativas de estas tierras, fue necesario utilizar un medio de aviso y ese era el campanario de cada templo y así llamaban a las misas, a los rosarios y muchas veces cuando había algún peligro para los habitantes, pues seguido ocurrían ataques y asaltos…

pero también el sonido de las campanas servía como reloj porque antes era muy común que se hicieran misas desde las 5 de la mañana, así que los obreros y campesinos se despertaban con el sonido y salían a sus trabajos…

muy pocas personas han tenido la oportunidad de subir a los campanarios por esas escaleras centenarias de cantera en forma de caracol, tocar las campanas de bronce y desde arriba contemplar la ciudad, es como transportarse en el tiempo cientos de años y sentirlo…

Cuando se va de paseo a cualquier pueblo o ciudad de nuestro México, lo primero que se busca son sus edificios antiguos, principalmente sus templos y sus campanarios, así en Irapuato el paisaje urbano siempre se ha visto embellecido por las torres campanarios de sus iglesias, y así seguirán por los siglos de los siglos.

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