“Un helicóptero decía ¡Pónganse a salvo, ya se reventó la presa!” Don Lupe

Don Lupe Ramírez nos relata cómo vivió la inundación de Irapuato en 1973

Irapuato Guanajuato.- Se cumplen 48 años de aquel trágico sábado 18 de agosto de 1973 para el municipio de Irapuato, cuando la “Presa del Conejo”, se reventó y ocasionó la inundación más grande que ha visto este municipio. Aún hoy fecha, para muchos irapuatenses este día es de mucha tristeza al haberlo perdido todo con la corriente del agua, otros tantos apenas recuerdan como sucedió todo, tal es el caso de don Lupe Ramírez, quien nos relata cómo vivió ese día.

En aquel tiempo, don Lupe trabajaba en la estación Joaquín, pero su jefe lo mandó a la colonia “españita” para que don Lupe junto a otro compañero se encargaran de poner los muebles de su patrón a salvo.

“En ese tiempo yo trabajaba en la estación Joaquín, era un sábado y me acuerdo que mi patrón nos mandó a su casa a “Españita”, para que le subiéramos todos los muebles a la azotea”, dijo don Lupe.

Justamente cuando llegó al domicilio de su jefe, don Lupe y su compañero pudieron observar como empezaba a correr el agua por las calles, aunque de una manera muy insignificante, pero se llevaron una gran sorpresa cuando terminaron el trabajo.

“Cuando llegamos apenas iba un hilito de agua, por la orilla de la banqueta y pasó un hombre gritando que, si se iba a quedar uno ahí, que se subiera a la azotea, sino que se saliera, ya cuándo salimos el agua ya estaba a media llanta y vámonos”, comentó don Lupe.

Cuándo iban de regreso al trabajo, don Lupe y su compañero iban con un gran temor, pues el vehículo que los transportaba comenzaba a quedarse, más aparte un helicóptero comenzaba a vocear lo que estaba sucediendo, poniéndolos aún más nerviosos.

“Ya se nos iba “pedorreando” el escape por el agua que iba sacando, íbamos con miedo y luego pasó un helicóptero voceando – ¡Pónganse a salvo, ya se reventó la presa! -, estuvo muy feo ese año”, expreso don Lupe.

Afortunadamente, don Lupe y su compañero lograron llegar a su destino y la casa de don Lupe no se vio afectada por la inundación, pues vivía hasta el otro lado de la ciudad, dónde no hubo afectaciones.

“Aquí estuvo tranquilo, no hubo afectaciones, noma´s decían que se cayeron muchas casas de adobe, solo me acuerdo que el canal iba hasta la madre de agua”, finalizó don Lupe.

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